Parte #2

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 Narra Augusto...

-¿Qué voy a hacer? El producto aun no esta terminado, tengo que pagar a los empleados y la colegiatura de mis hijos y como si fuera poco le debo al señor Lecter. No se que voy a hacer, mi familia confía en mí y los voy a defraudar.-

Hace tiempo que he estado trabajando en este proyecto pero no veo resultado alguno, el capital se esfumo al inicio de este y tuve que pedir un préstamo al Sr. Lecter, el es un gran empresario pero se rumoreaba que tenía negocios bajo el agua de drogas o algo asi, aún no se como deje que mi ambición me llevara hasta estos extremos. 

¿UNA PLANTA QUE AL UTILIZARLA EN EL CUERPO HUMANO PRODUZCA UNA ACELERACIÓN EN LA REGENERACIÓN DE CUALQUIER HERIDA? Si, solo ami se me ocurrió esa tontería, sin embargo, al escuchar la idea mis compañeros de trabajo se burlaron de mi y dejaron la empresa, en cambio mi familia no, ellos me apoyaron desde el inicio y yo les oculte el préstamo del señor Lecter.

Había pasado ya 3 días desde que vi al Sr. Lecter y la planta aun no produce lo que necesito. Me di cuenta que ya era de noche y decidí irme a casa pero note una variación en la estructura de la planta y decidí quedarme a saber que ocurría con ella.

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Narra Kiara...

Han pasado dos días y mi padre aún no vuelve de la empresa, ¿Será que le habrá ocurrido algo?

-Kiara hija, llaman a la puerta, ¿Podrías ver quien es?- dijo mi madre desde la segunda planta de la casa, hoy estaba solo ella y yo, mis hermanos fueron a unos cursos en sus escuelas.

- Claro mamá- dije levantándome del sofá y dejando un libro de medicina que leía.

Al abrir la puerta me encontré con un señor alto, digamos que algo viejo, vestía un traje negro y a sus lados habían otras dos personas que al verlas supuse que serían guardaespaldas, el señor tenia una cicatriz que atravesaba la zona de su ojo y portaba unos guantes de cuero negro, a decir verdad me dio mala espina.

 - ¿SI?, ¿Qué ...desea?- dije tratando de no oírme intimidada, por su parte el sonrió de una manera amable y me contestó.

- ¿Se encuentra el Señor Augusto? Necesito hablar con el, es que...su tiempo se acabó- dijo pero al finalizar se volvió totalmente serio y daba miedo.

- ¿Tiempo? ¿De que habla?- dije un poco desconcertada...de acuerdo muy desconcertada.

- Con el debido respeto, no es algo que a usted le incumba- me dijo haciéndome a un lado y entrando a la casa como si nada. Por suerte mi madre bajaba las escaleras y vio lo que estaba sucediendo.

- Usted debe ser la esposa del señor Augusto...mmm ¿La señora Erika si no mal recuerdo?- dijo haciendo una seña de respeto pero burlesca.

- Así es, y le recuerdo que esta es mí casa y no tiene por que irrumpir así en ella- dijo mi madre terminando de bajar las escaleras, yo solo pensaba (¡eso mamá!).

- ¿Dónde esta su esposo?- dijo serio.

-  No le diré, usted ni siquiera se ha presentado adecuadamente y pretende que le diga donde esta mi esposo ¿así como así?, me temo que no, ahora váyase de mí casa o llamaré a la policía- dijo mi mamá, wow yo la veía con ojos de amor era mi heroína favorita.

- Me conocen como el Señor Lecter y su marido me debe una buena suma de dinero, así que quiero llegar a un acuerdo con el, solo es eso- dio una pequeña risita- No hay por que ponernos agresivos- dijo levantando ambas manos en el aire.

- Mire lo que tenga que arreglar con mi marido será en otro momento, el esta traba...- dijo pero fue interrumpida por el señor Lecter cuando la tomo de la mandíbula y atrapándola en contra la pared, por mí parte iba a correr a quitarle a ese... "señor" pero uno de los dos tipos que habían ahí me tomo y evitó que corra.

No te vayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora