Mi captora es un enigma. No sé quién es ni por qué me llevó. Hay una oscuridad dentro de
ella, una oscuridad que me asusta incluso cuando me atrae.
Mi nombre es Becky, y esta es mi historia.
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"Me moldeo a su man...
Ven, déjame verte, déjame conocerte, déjame aspirar a poseerte y tenerte para mí
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POV BECKY
Cuándo me levanto a la mañana siguiente, Freen se ha vuelto a ir.
En realidad, no recuerdo lo que ocurrió ayer después de desmayarme en su despacho. El resto del día está borroso en mi memoria. Es como si el cerebro se hubiera desconectado, incapaz de procesar la violencia de la que fue testigo. Recuerdo vagamente que Freen me levantó del suelo y me llevó a la ducha.
Debió de bañarme y vendarme los pies porque están envueltos con gasas y me duelen mucho menos al caminar.
No sé si anoche follamos. Si fue así, fue muy suave porque no tengo molestias. Recuerdo haber dormido juntas en la cama; me envolvía con todo su cuerpo.
De alguna forma, lo que ocurrió simplifica las cosas. Cuando no queda esperanza ni posibilidad, todo está más claro. Lo cierto es que Freen es quien tiene la sartén por el mango. Soy suya mientras desee tenerme.
No tengo escapatoria, no hay manera de salir.
Una vez que lo acepto, mi vida se vuelve más fácil. Sin darme cuenta, ya llevo nueve días en la isla.
Nam me lo dice durante el desayuno.
Ya he empezado a tolerar su presencia. No puedo hacer otra cosa, sin Freen aquí, es mi única fuente de comunicación humana. Me alimenta, me viste y va limpiando detrás de mí. Es como mi niñera, salvo que es joven y a veces malvada. No creo que me haya perdonado del todo por haber intentado golpearle la cabeza. Hirió su orgullo o algo así.
Intento no molestarla mucho.
Salgo de la casa durante el día y paso la mayor parte del tiempo en la playa o explorando el bosque. Vuelvo a la casa para las comidas y para coger otro libro para leer. Nam me dijo que Freen traería más libros cuando hubiera terminado con los siento y pico que tengo en la habitación.
Debería estar deprimida, lo sé. Debería estar amargada y furiosa todo el rato y odiar a Freen y a la isla. A veces lo hago, pero ser constantemente la víctima consume demasiada energía.
Cuando tomo el sol, absorta en un libro, no odio nada. Simplemente, dejo que la imaginación del autor me haga volar.
Intento no pensar en Nat. La culpa es insoportable. Lógicamente, sé que lo hizo Freen, pero no puedo evitar sentirme responsable. Si no hubiera salido con Nat, nunca le habría pasado. Si no me hubiera acercado a el durante esa fiesta, no lo habrían golpeado salvajemente.
Todavía no sé quién es Freen o cómo puede tener tanto poder. Cada vez es más misteriosa para mí. Quizá forma parte de la mafia, lo que explicaría los matones a sueldo que tiene. Por supuesto, también podría ser un mera rica excéntrica con tendencias sociópatas. De verdad que no lo sé.