Capítulo XI - Semana complicada

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Abro los ojos de golpe, miro el reloj de la mesilla, las siete y media... es temprano aún, me doy la vuelta y veo a Marta dormida a mi lado. Es tan hermosa verla dormir, escuchar su respiración, parece un ángel. Me quedo mirándola embelesada y de pronto suena el despertador, me giro rápidamente y lo paro... ¿Me he pasado media hora mirándola? Cuando me vuelvo de nuevo para mirar a Marta, ella tiene los ojos abiertos, me mira y me sonríe.

- Buenos días guapa - sonrío.

- Buenos días hermosa - sonríe

- Eso es que tu me miras con buenos ojos, ¿seguro que no te has decepcionado? Debo estar horrible así recién despierta.

- Para nada Fina, acabo de tener el mejor despertar de toda mi vida.

Su mirada es muy dulce, muy tierna... Nunca nadie me había mirado así, con tanto... cariño.

Nos levantamos y desayunamos entre risas, sin duda alguna estar con Marta es lo mejor que me podía pasar, me quiere, me mima y no es necesario hablar mucho, nuestras miradas son tan cómplices que no son necesarias las palabras.

- ¿Nos vamos? - pregunta mientras doy el último sorbo.

Asiento y sonrío.

- Buenos días Luz - saludo.

Luz sonríe feliz al vernos a Marta y a mí cogidas de la mano al salir del ascensor.

- Buenos días.

- Llama a Valentina y Luiza  y cuando lleguen hazlas pasar a mi despacho, tenemos que hablar.

Cuando entran Valentina y Luiza empalidecen, como si les hubiera contado una historia de terror. Marta me mira desconcertada, no le he contado que me encontré ayer a Valentina y que al dejarla vi que se encontraba con Luiza. La tranquilizo sonriendo y ella me devuelve la sonrisa y se va a su oficina.

- Siéntate Valen y tu también Luiza - me pongo seria.

- Dinos, ¿qué ocurre? - suenan aterrorizadas.

- Valen, ayer cuando te dejé en un parque del centro, mientras realizaba una llamada vi que te encontrabas con una mujer allí. No me habías contado nada al respecto, pero yo pude reconocer a esa mujer... - me paro - y eras tú, Luiza. ¿Qué pasa entre vosotras?

-¡Ay Fina! nos has asustado - respiran hondo.

Río a carcajadas mientras espero a que me cuenten.

- Bueno, la verdad es que no os habíamos contado nada porque considerábamos que no afectaba a la campaña. Resulta que Luiza es mi mujer, nos conocimos y nos enamoramos estudiando la carrera de derecho. Yo no la termine porque decidí dejarlo para dedicarme a la fotografía y aunque Luiza si que la terminó, actualmente se dedica a la danza y esporádicamente hace de modelo. Cuando me ofrecisteis el trabajo y pedisteis modelos fue la primera persona en la que pensé y si os encajaba en vuestro proyecto pues adelante, además de que nuestro hijo Leo estaba muy emocionado por ver a sus mamás trabajar juntas y que una de ellas saliera en las vayas publicitarias de la ciudad.

- Espero que no te importe y no te siente mal.

- Valen, ¿estás de broma? - sonrío - Me parece una historia preciosa la vuestra y hasta el momento no he visto que haya habido ningún problema durante la campaña por eso. Si que es cierto que este dato debo comentárselo a Doña Marta para que lo tenga en consideración.

Yo sé que Marta se alegrará tanto por ellas como por quitarse una posible rival, las últimas veces que coincidieron a Marta se la notaba algo celosa.

Anhelos de MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora