5. EN EL BORDE

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—Jimin, te ves fatal...— soltó Yoongi tan pronto se puso a su lado.

—Buen día, Hyung— le respondió el pelinegro sin mucho ánimo.

—Enserio, necesitar tener sexo urgentemente, quizá eso es lo único que te hace falta, ¿no crees?

Automáticamente, Jimin había buscado con la mirada a Jungkook, quien estaba con el chico Jung hablando amenamente y muy cerca.

Jimin no era envidioso, el cielo, los ángeles y el mismísimo creador lo sabían, pero cuando vio como el chico Jung abrazaba por la cintura a su compañero, el monstruo en él estuvo a punto de tomar el control y alejar a Jungkook del chico.

—Dicen que donde van los ojos está el corazón, Jiminie...— dijo Yoongi antes que uno de los profesores hablara por el altavoz.

Él lo sabía eso y creía que era cierto. 

No podía negarlo y ya no podía engañarse así mismo mucho más tiempo. Quería a Jungkook desde el primer momento en que sus ojos se posaron sobre él. Le había parecido tan brillante, era una estrella y quería pertenecerle. 

Jimin quería protegerlo de todos los males, ayudarlo, mimarlo y darle todo el cariño del mundo porque lucía como un angelito puro y sin mancha. Estaba seguro que si se esforzaba un poco más, podría ver el halo de luz en su cabeza y las alas blancas con dorado salir de sus omóplatos, pero la bestia en él no quería otra cosa que poseerlo, tomarlo, corromperlo y romper esa facha de timidez. Hacerlo correrse hasta desmayarse y dejarle marcas por todos lados. Hacer que gritara su nombre una y otra vez en altos gemidos y suspiros bajos. Que le suplicara por más y que brincara en su polla toda la noche.

«Estoy jodido».

—¡Necesito a los chicos de Bangtan enfrente, por favor!— anunció su profesor de filosofía.

Los pensamientos de Jimin así como su erección, desaparecieron en un santiamén.

Decir que formaban parte de la élite era poco, Jimin y Jungkook habían fundado la burguesía estudiantil: los chicos de Busan. Eran el rostro de sus respectivas facultades y de la universidad junto con otros alumnos, por lo que tenían ciertos privilegios en las instalaciones y siempre le tocaban los mejores puestos al igual que los chicos de Daegu por su alucinantes participaciones en el ámbito deportivo. También estaban la pareja Kim, exponentes en el área de artes y Jung Hoseok, El Comodín, apodado así por su amplia variedad de conocimiento y destrezas. Los Siete siempre estaban juntos en asuntos escolares, pero su convivencia no era más que diplomática. Los profesores los comenzaron a llamar Bangtan después de un tiempo por ser a prueba de cualquier ámbito.

—Ustedes irán en el autobús extra...— dijo el director—. Hyundai necesitaba hacer pruebas así que nos dieron uno de sus camiones nuevos, pueden subir ya. Estarán sentados en pareja con su compañero de piso al igual que sus cabañas. Las suyas estarán un poco más alejadas del resto ya que son las exclusivas, cada una está separada por alrededor de un kilómetro. No se preocupen, es seguro. El camión ya cuenta con las coordenadas, pueden marcharse ya. Los chicos de Busan siguen con el promedio más alto, así que ellos tienen la caballa Golden.

—¿Es la que está justo en el primer claro, no es así? ¿Cerca del lago?— preguntó Jimin al profesor. 

—Claro. Lo mejor para los mejores. 

Jimin asintió, pero se sentía extraño. 

«¿Cómo es que lo recuerdo, si es la primera vez que voy?»

Jimin caminó sólo hasta el autobús, los demás chicos iban con sus respectivas parejas:

Yoongi y Taehyung eran novios. Formaban una pareja peculiar. En público parecían como si se odiaran ya que ambos lucían serios la mayor parte del tiempo, pero cuando estaban juntos bastaba con una sonrisa para que todo el mundo se diera cuenta de su amor. 

TRIP ᯓ★ JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora