Capitulo 1 Sol que me Guía Y sombras que me siguen

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La hermosa luz del sol que guiaba a las aves a sus hogares y al resto de animales hacia el bosque que los guiaban hasta los ríos en donde ellos podían refrescarse, los inocentes ciervos tomaban agua en el rio siendo acompañados por sus madres, Pero al escuchar ligeros pasos se ponen alertas junto a otros animales pequeños e inofensivos. Desde las sombras que estaban entre los árboles se logra ver una figura afligida de espalda encorvada y que respiraba pesadamente. Los animales se alejan inmediatamente corriendo con miedo de que esa cosa los persiguiera, pero esa sombra no se movió de su lugar hasta luego de tres minutos cuando se derrumbó sobre la yerba algo seca por el sol, al parecer esta "Criatura" solo era algo inofensivo, y si, solo era una persona, o siendo más específicos, una mujer. Esta dama se encontraba boca abajo contra el suelo picoso y sus manos acariciaban con hambre y sed el picoso y cosquilludo pasto. Ella levanta la mirada haciendo que sea visible su mirada apagada y un rostro delgado y maltratada. Ella se acerca al pequeño lago de al frente en donde antes los animales bebían su agua antes de asustarse por su presencia, ella se acerca arrastrándose y cuando llega se acerca un poco y bebe lentamente del tan preciado líquido con ansias y su respiración empieza a relajarse.

―Carajo... ―Susurro la mujer tirada en el suelo con las manos mojadas y su rostro empapado de agua que empezó a beber descontroladamente y de manera desesperada. Ella al sentir un ligero temblor en su bolsillo baja la mirada con sus ojos aun apagados ― Te odio chupa almas... ―Hablo en un tono antipático y muy a la defensiva. Ella metió su mano en el bolsillo para sacar lentamente una fuente de luz en forma de piedra verde, una hermosa piedra verde ― Te odio... ―Tira la piedra al lago de manera firme antes de levantarse y tratar de irse de ahí, pero siente un fuerte golpe en su nuca ― ¡AUCH! ―Gruño pasándose una mano por su cabellera negra antes de voltearse y ver a la piedra detrás de ella en el suelo― Carajo... ―Gruño de nuevo con una gran irritación ― Malditos espíritus. ―Ella al levantar la mirada ve un ser alto y esbelto completamente negro y con dos puntos brillantes en lo que parecía ser su rostro, ella da un fuerte suspiro y recoge la piedra que ahora misteriosamente no estaba brillando ¿Me vas a dejar volver a casa o me seguirás matando de hambre cada paso que doy? ―La cosa no contesta y lentamente levanta su brazo para señalar una manzana fresca en la rama de un árbol. Al ver esto ella se da cuenta de algo, no solo estaba en un bosque, seguramente estaba en un bosque tan grande que había una gran y diversa cantidad de vegetación y animales, junto a esto, también una gran cantidad de frutos comestibles y animales cazables, lo que significa todo esto, es que puede haber humanos muy cerca, talvez más cerca de lo que ella cree― Okey...―Mira el arbusto con frutos pequeños sin saber cómo verificar si eran buenas o no para ser comido, aunque la posibilidad de civilización cerca era muy grande, este era un mundo totalmente nuevo y cualquier persona aquí podría ser fácilmente peligrosa, curioso, porque ella solo confía en una forma humanoide enorme de color negro que solo ella puede ver gracias a una piedra que ahora no brillaba mucho― Estas frutas me darán energía, al menos eso espero. ―Dijo de manera fría, pero se notaba su necesidad de comida y su poca atención medica―

Ella mete sus manos en los arbustos y saca muchas frutas pequeñas asegurándose de no comer las rojas y solo comer las moradas, ella inspecciona los frutos y las aplasta con sus manos y luego se come ese raro pure de frutos que ella hizo con su fuerza. Se queda viendo sus manos sucias y se las lava con el agua del lago y se limpia la cara con esa agua para luego levantarse y seguir la dirección que lleva el rio para ver si en esa dirección hay alguna aldea pueblo o granja, lo único que le queda es confiar y solo espera que alguna de aquellas personas hable inglés, español o chino. Ella camino observando las montañas a la lejanía, ella los reconoce como la cordillera de los andes. Al recordar un poco sobre estas zonas se da cuenta que ella aún sigue en su mundo y mira la piedra verde en su mano que ahora si logra brillar y ella voltea solo para ver que la criatura no la seguía. Era algo raro, al parecer al brillar no estaba, pero al apagarse aparecía para solo mirarla y no hablarle y solo quedarse quieto y espeluznante hasta que la piedra brille, al menos así lo ve ella.

JadeOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz