-No puedo creer que no vayas a celebrar tu cumpleaños -dijo Oh Ji In, mi empleada y amiga.
-¿Por qué? -pregunté divertida.
-Cumples treinta y cinco.
-Es otro cumpleaños como cualquier otro, no tengo ánimos de celebración. Por eso decidí celebrarlo conmigo misma. Además, mis padres están de viaje y mis amigos ocupados.
-Debiste dejarnos partir un pastel contigo antes de que te fueras -dijo con un puchero.
-Podemos hacerlo el lunes cuando vuelva, ¿qué dices?
Su rostro se iluminó en cuanto las palabras salieron de mi boca, era consciente de que Ji In adoraba los pasteles, siempre insistía en hacerlos ella misma, no le quitaría la ilusión de hacerlo esta vez, aunque no tuviera muchos ánimos de celebración.
-Te adoro Na DoHye -dijo abrazándome-. Estaré todo el fin de semana preparándolo.
-No, tienes que descansar, este fin de semana es mi regalo de cumpleaños para todos.
-Tranquila, sabes que hornear es mi pasión, esto es parte de mi descanso, lo único que horneo aquí son panes blancos y postres sencillos. No me malinterpretes, amo mi trabajo pero a veces necesito hacer algo complejo y llevo planeando tu pastel un par de meses. Casi te mato cuando dijiste que no celebrarías tu cumpleaños y además cerrarías el restaurante durante dos días.
-Eres más adicta al trabajo que yo -dije riendo.
-Por eso somos tan amigas, señorita Na -tomó su bolso-. Bien me voy a casa, Gabriele hizo la cena y estoy emocionada.
-Yo también lo estaría.
-Pudiste haber tenido una increíble cena italiana pero decidiste irte a celebrar sola a quién sabe dónde -dijo con descaro.
-No iba a esclavizar a tu novio por mi cumpleaños.
-Él es como yo, amamos la cocina.
-Como sea Ji In, ve con tu novio, debe estar esperándote. Guárdame un poco si es posible.
-No te guardaré nada -dijo sacando la lengua y saliendo del restaurante.
Sabía que mentía, siempre me llevaba comida para presumir. Gabriele, su novio, es un chef italiano que trabajó en uno de los hoteles más elegantes de Seúl pero renunció por lo pesado de las jornadas, al final decidió abrir una pequeña trattoria con un par de sus compañeros, el lugar fue un éxito y ahora era un restaurante muy popular. Ji In lo conoció en una clase que él impartió de repostería italiana, fue amor a primera vista según ella. Aunque tengo que admitir que el hombre es muy guapo y su comida es deliciosa.
Miré a mi alrededor, observé las mesas vacías, los refrigeradores llenos de ingredientes crudos y cocinados, la parrilla, las estufas, mi restaurante y suspiré. Me sentía en paz y feliz estando en ese lugar. Si diez años antes alguien me hubiera dicho que a mis treinta y cinco años estaría haciéndome cargo de un restaurante de comida casera coreana me habría reído en su cara.
Mi sueño era convertirme en la directora de una agencia musical, por eso había estudiado negocios y administración de empresas musicales, trabajé como interna en una de las agencias musicales más grandes de Corea, luego conseguí un puesto fijo en otra agencia enorme. Me dediqué a trabajar duro para conseguir mi sueño, sin embargo, conforme pasaba el tiempo me di cuenta de que la industria era más oscura de lo que pensaba, la forma en la que trataban a los chicos que prácticamente les vendían su vida a estas empresas para conseguir sus sueños me horrorizaba.
Por eso cuando disolvieron el grupo que yo llevaba un par de años administrando y uno de los integrantes intentó quitarse la vida por la decepción de ver su sueño desaparecer y que de cierta manera yo estaba implicada en ello, aunque no fuera mi decisión, me rompió por completo.

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BDAY
FanfictionGracias a un encuentro fortuito los destinos de Na DoHye y Jackson Wang se cruzan y desemboca en una relación sin compromisos. El problema surge cuando una de las partes necesita más de aquella relación, sin embargo, uno de los dos tiene mucho que p...