Prólogo

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El querido presidente de Star Park (Brawl Stars) hace tiempo que no sale a sus comuniones, ni las reuniones, o otra manera en que el presidente hace algo como su rol. Esto empezó desde el año 2012 donde Edgar empezaba a disminuir su contante participación en su rol, cuando el pueblo preguntaba el solo respondía que pasaba por un mal momento, y que pronto se mejoraría, claramente esto no pasó. Colette, su mujer, tampoco decía nada ante las preguntas, las dejaba en el aire. ¿Porque no hacían nada? Había un secreto que solo ambos tenían, hace algunos años, exactamente 12, habían tenido un hijo, este vivió la mayoría de su infancia escondido, estudiando en casa, vivíendo toda su vida encerrado en su casa. Aunque nunca se preguntó porque, tan solo disfrutaba su vida con la frágil inocencia que tenía, Gus, el nombre de este niño. Ese día miraba una revista, cuando derrepente algo llamo su atención, en esta portada de la revista, se veían niños jugando en un parque, desde ahí Gus empezó a cuestionarse porque nunca había salido de su casa, este con energía se levantó de su cama y salió de cuarto, dirigiéndose a la cocina donde su madre, Colette, quien preparaba el desayuno. —Mamá— llamo la atención de la mujer mayor el niño, jalando ligeramente la manga larga de su madre, quien está dejo de cocinar y volteo a ver a su hijo —¿qué sucede, Gus?— preguntó ella, para luego agacharse un poco y quedar a la misma altura que el, este le respondió con entusiasmo —¿Cúando podemos ir al parque? Muchos niños van ahí... ¡Se ve divertido!— chillo con estusiasmo Gus, la expresión de Colette se volvió una más tranquila, pero tocada por la inocencia de el.

—Quizás más tarde—  le respondió ella con una sonrisa
—Siempre dices más tarde— el niño le reclamo con insistencia en su voz
—Lo prometo—
Gus miro a su madre, se quedo analizando la expresión de su mamá y lo que dijo, pero como siempre confiaba en ella solo asintió, Colette se alegró de que su hijo no reclamará tanto, se levantó y siguió preparando el desayuno.
Esta situación pasaba todos los días, donde Gus siempre pedía salir y sus padres diciéndole que otro día, nunca lo cumplían.  Aunque Gus decidía ignorarlo y seguir jugando en casa con lo que tenía, Edgar por alguna razón no quería que el pueblo se enterara de que tenía un hijo, ya que quería mantener la privacidad de este, prefería que viviera en paz sin tener siempre en mente de que su padre era presidente.
—Mamá— volvió a llamar la atención de su madre el niño
—Dime—
—¿quizás este día podemos salir? — pregunto con inocencia el niño, Colette, suspiro y se sentó en el sofá, mirando fijamente a su hijo
—Esta bien, salgamos—  decidió aceptar, total, quería que Gus saliera y jugará en el exterior. Gus al salir de su hogar empezó a correr con emoción, Colette se reía un poco al ver toda la energía que aportaba su niño, ambos al llegar al parque jugaban un poco, pero como Gus quería probar tantas cosas, pasaba dos minutos en el columpio, 2 minutos en el  tovogan y así con todos los juegos del parque, Colette, quien yacia sentada en una banca, empezába a preocuparse de que algún brawlers los viera y empezará a suponer teorías. Así que constantemente miraba la hora en su celular, apenas tenían 15 minutos en al parque, ella decidió darle más tiempo a su hijo de jugar. Sin que ninguno de ambos se enterara, un brawler noto a Colette, la mujer del presidente, quien vigilada a un niño pequeño, este se parecía mucho a Edgar y Colette. Quizás... Si, el brawler lo deducio, ese niño parecía ser su hijo, tomó su celular y le tomo una foto, lentamente se alejo este brawler, quedando pensando y haciéndose teorías de porqué el presidente Edgar ya no le ponía tanta atención a su cargo como antes, era obvio, le importaba más su hijo.

Colette regresó con Gus en su espalda, ya que se había quedado dormido de tanto jugar, ella al regresar a su hogar dejó a su hijo acostado en su cuarto. Ella se dirigió donde su esposo, tenía terribles sospechas de que alguien pudo verlos, y tenía miedo de lo que sucedería, las críticas, el odio... Simplemente no lo quería.

—Creo que nos vieron, estoy segura— la mujer de pelo blanco le hablo a su esposo, en el fondo de su tono de voz un poco asustada. Su esposo, Edgar, se quedo callado analizando la situación, supo que los brawlers eran muy chismosos, pensó que lo mejor que hacer era retirarse, al menos se liberará de un peso que lo consumía vivo. —Voy a pensarlo, haré lo mejor, no te preocupes— el hombre le respondió a su esposa con una ligera sonrisa, no quería que ella se tomara los problemas.
Colette sonrió al ver como su esposo siempre quería lo mejor de su salud mental, le dio un beso en la mejilla y salió de la sala, yéndose a su cuarto y dormir, fue un día cansador en el punto de vista de ella. Edgar, esa noche, escribió su carta de renuncia a su cargo de presidente, la envío y decidió contar cuanto dinero tenía en su cuenta bancaria, a sus 31 años de edad tenía en su cuenta 999.999 gemas, lo suficiente para irse del pueblo e ir a otra zona dle país, donde no muchos los reconozcan.

Al día siguiente, Edgar le ordenó a su hijo a empacar sus cosas, este, tan solo lo acepto con inocencia, pensando que iría de viaje como veía en las series, eso lo emocionaba. Colette no reaccionó de la misma manera —¿estas seguro de lo que hacemos?— preguntó la mujer de pelo blanco y poco temerosa al futuro
—estoy seguro, confía en mi— su esposo le respondió con una sonrisa, tomando las manos de ella, calmandola sobre la situación. Gus llego en ese momento, con su mochila lista, y con emoción dijo —¡estoy listo! Prepare lo suficiente y tengo todo para sobrevivir 2 semanas— el niño hablo con inocencia, y un poco de felicidad en su voz. Ambos padres del niño sonrieron al notar la inocencia qué siempre tenía su hijo, quizás al no conocer el mundo exterior por completo no conocía las maldades...

Se dirigían a un bosque, Edgar conducía, mientras charlaba con Colette qué iba adelante, Gus, quien se encontraba atrás del auto, miraba hacia la ventana, estaba lloviendo por la carretera mojando todo el césped y los árboles altos. Gus en todo momento del viaje no puso evitar pensar lo divertido que sería pasar vacaciones en el bosque, ya que se le hacia un lugar muy interesante. El pobre niño pensaba que era un viaje inocente, sin pensar en todo el trasfondo que contenía este.

૮₍´˶• . • ⑅ ₎ა

Prólogo para nada spoilador...
Recuento de palabras sin contar esta parte: 1.145

Baybay

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Baybay

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