Primera parte. (1/2)

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— Creo que tienes mi sudadera — Murmuró Jeon Jungkook con una voz cansada y somnolienta. Jimin, sorprendido, bajó la mirada hacia la prenda que llevaba puesta. En lugar de los colores habituales que representaban su carrera universitaria, vestía el blanco y azul característicos de la carrera de Jungkook. — Me gusta más así — Dijo juguetonamente, apoyándose en los codos con una sonrisa pícara.

Jungkook, con su actitud descarada y algo desagradable, no dejaba de ser terriblemente atractivo para Jimin. Lo peor era que Jimin no podía evitar sentirse atraído por él. Sin embargo, la naturaleza de su relación seguía siendo un enigma. ¿Era su ex? ¿Había existido algo entre ellos? Nadie lo sabía con certeza.

Los compañeros de carrera y amigos de Jimin coincidían en que la situación era muy, muy problemática. Su relación siempre se reducía a un solo hecho: en alguna fiesta, ya fuera por celebrar una victoria en un partido de fútbol universitario o simplemente porque las hormonas de Jimin estaban en ebullición y buscaba diversión, Jimin terminaba en el dormitorio de Jungkook.

Los amigos de Jungkook y sus compañeros de carrera estaban profundamente dormidos junto a Jimin. Habían tomado tantos tragos esa noche que era poco probable que se despertaran pronto. A pesar de aquello, Romolo, el mejor amigo de Jungkook, murmuró algo en sueños en una ocasión, lo que resultó ser realmente adorable.

— Bueno. — Dijo Jungkook con tono expectante— ¿Volvemos a la cama? —Intentó poner ojos de cachorro, pero no pudo evitar terminar riéndose.

— En realidad, creo que iré a mi dormitorio. — Dijo Jimin, experimentando un breve instante de lucidez. Se quitó la sudadera de Jungkook y recuperó la suya propia —. Sigue durmiendo.

— ¿Qué? — Exclamó Jungkook, mirándolo estupefacto —. Es fin de semana. Tienes todo el día para desperdiciar, ¿y lo vas a hacer durmiendo cuando puedes quedarte aquí conmigo? — Jungkook se levantó con una expresión juguetona y medio burlona en el rostro, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Jimin —. No me dejes solo con mis compañeros de dormitorio. — Bromeó quejumbroso.

— Siempre dices que hay más personas con las que te puedes divertir, ¿verdad? — Le recordó Jimin con una media sonrisa mientras se alejaba para ponerse los zapatos.

— Sin embargo, nadie es tan divertido como tú. — Respondió Jungkook. Era difícil saber si mentía o no. Quizás era el alcohol el que hablaba.

Jungkook observó atentamente cómo Jimin se ponía los zapatos. Sus ojos recorrían cada detalle de su figura: su cabello desordenado, sus ojos cansados, la forma en que se mordía el labio mientras se inclinaba para atarse los cordones… lo miraba todo con una sonrisa perezosa y hambrienta.

— Bueno, ¿qué te puedo decir? Soy el mejor. — Dijo Jimin medio en broma, medio en serio, riéndose suavemente mientras comenzaba a alejarse —. Duerme bien.

Jungkook se quedó inmóvil durante unos breves segundos, observando en silencio cómo Jimin se alejaba. Su mente se debatía entre encontrar las palabras adecuadas para responder, pero al final optó por dejarlo ir. Seguía con la mirada fija en la espalda de Jimin mientras murmuraba algo apenas audible para sí mismo.

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Jungkook se encontraba en el comedor de la universidad, con la mirada fija en las puertas mientras tomaba su té matutino. Su cabeza le dolía intensamente, preguntándose cómo había bebido tanto la noche anterior. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Romolo se había sentado a su lado.

Romolo era un chico de aspecto impresionante. Sus ojos eran una maravilla, con uno verde esmeralda que parecía brillar con intensidad, mientras que el otro era un azul profundo que evocaba la calma del océano. Cada vez que miraba, era como si dos mundos diferentes se encontraran en su mirada.

TOO SWEET 甘い KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora