Capitulo 5

318 14 0
                                    

Camila

Aliso mi vestido mientras me paro frente al espejo en el dormitorio principal. Analizo el atuendo y me pregunto si este es el que debería usar. Es un suave color rosa melocotón y me encanta su forma ajustada en la parte superior y suelto alrededor de mi cintura. Es suave y bonito y sé que se ajusta a las pautas que tengo que seguir para poder ir a ver a Laurence. No quiero romper ninguna de las reglas. Me devastaría si me negaran una visita.

He estado esperando este momento durante tanto tiempo que quiero que todo salga a la perfección. No sé por qué, pero tengo la sensación de que esta podría ser mi única oportunidad de verlo.

Tengo miedo de que vaya a cambiar de opinión acerca de que yo vaya a verlo. Sé que quiere verme, pero también me ve como una dulce y frágil chica que no debería venir a una prisión.

Tal vez lo soy, pero no me importa. Iría a cualquier parte para verlo. Quiero que vea que esto no solo se trata de que me salvó. Se trata de mucho más. Quiero estar con él y esta es la manera de demostrárselo. Me volteo para ver mi espalda desde atrás y creo que es un poco sexy. Le dije a Laurence sin vergüenza en mi última carta qué me pondría bajo el vestido hoy. No estoy segura de lo que me pasó, pero antes de que pudiera cambiar de opinión, sellé la carta y la dejé en el correo. Puede que no sea posible tocarlo, pero quería algo entre nosotros que sea más íntimo que estar sentada frente a él. Lo necesito y espero que esta pequeña cosa sucia nos la dé. Me miro por última vez antes de ir a la casa de la señora Honey y le pregunto qué piensa al respecto.

Llegó a casa hace unos días y le agradezco a Dios que está bien. No hay efectos secundarios a largo plazo y sé que esto asustó a todos. De alguna manera, ella ingirió algo que no debería haber hecho y sus médicos todavía están realizando pruebas para intentar reducir lo que podría haber sido. Fui a su casa y tiré todo, luego limpié su cocina de arriba a abajo y afondo.

Aún así, algo se siento mal acerca de todo el asunto. No puedo señalarlo, pero lo que puedo hacer es vigilarla mejor. Dios sabe que su hijo no lo va a hacer.

—Sra. Honey— grito mientras toco la puerta y la abro. No importa cuántas veces le diga que necesita cerrar la puerta con llave, no lo hace.

Ella se ha puesto en su camino.

—Aquí— grita desde su cocina y cuando entro se vuelve a verme.

—Oh mi..... Vas a matar a ese hombre— se ríe mientras su rostro se ilumina con una sonrisa.

—Cumple con el código—Digo mientras vuelvo a comprobar la longitud del vestido. Nada me impedirá ver a Laurence hoy.

—Estás preciosa— Ella se acerca y toma mi cara.

—Le vas a dar una razón para salir tan pronto como pueda— agrega, moviendo las cejas y haciéndome sonrojar

—¡Señora Honey!— Jadeo ante su insinuación a pesar de que era lo que buscaba.

Quiero que me vea sexy y no solo a la chica que salvó. Él siempre habla de lo dulce e inocente que soy. No tiene idea de los pensamientos que tengo en mi cabeza sobre su lado duro. Siempre he sido una niña más grande y me he estado pensando a mí misma que estoy hecha de esta manera para manejar a un hombre tan grande como Laurence. No voy a romperme bajo su firme control.

—Ve a ver a tu hombre—dice ella mientras me besa en cada mejilla.

—Traeré la cena conmigo— le digo y salgo por la puerta principal.

Ella esperará a que llegue de ver a Laurence. Es la única persona en mi vida que lo entiende. No me toma mucho tiempo juntar mis cosas y salir a la carretera.

Amor tras las rejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora