Amor o Amistad~ (Banliodas/Zeliodas)

𝓥𝓮𝓷 𝓬𝓸𝓷 𝓷𝓸𝓼𝓸𝓽𝓻𝓸𝓼

Habían pasado ya unos días del regreso de Ban, Merlín se había encargado de liberarlo de aquel hechizo que lo ataba al mando de la Deidad suprema y Gowther se había encargado de mantener un control sobre la mente de este por si llegaba a haber algún inconveniente, pero todo había marchado con tranquilidad por el momento, el padre de los tres demonios acepto la unión de los pecados como parte de la guardia del reino luego del regreso de Merlín y Escanor al grupo estaban reunidos de nuevo, claro Merlín tuvo que aclarar algunas situaciones antes de todo, sin embargo, todo salió a la perfección, pero algo aún inquietaba al pequeño rubio, antes de regresar al clan tenía el ideal de salvar a los otros clanes con ayuda de sus amigos y poder volver a la paz entre los reinos quería hacerlo, pero para eso alguien más debía estar de su lado, pero solo él podría convencer a esa persona.

-Qué locura quieres hacer ahora -se acercó el azabache con las manos en la cintura

-¿Yo? Porque lo dices

-Tienes la mala costumbre de jugar con tu cabello cuando quieres hacer algo que sabes que no es coherente

-Claro que no - protesto

-Y además haces esa mueca con tus labios cuando mientes

-Acaso eres un acosador o algo para que sepas todo lo que hago -se cubrió la boca

-Si quieres llamarlo así adelante -le sonrió- dime en que estás pensando ahora- acerco su mano a su mejilla acariciando el lóbulo de su oreja

-no hagas eso, se siente raro

-¿raro? - se acercó más a él

-Zeldris

-bien te dejo, ya no te diré nada - se giró fingiendo irse del lugar

-no, no te vayas -lo abrazo-

-ya no quiero

-anda eres un resentido

-pues por eso me voy -sonrió sin que el rubio lo notara

-no, ven quieres que te cuente

-no, ya no

-Zel, no vente anda - empezó a tirar de su brazo, pero el azabache seguía poniendo resistencia, así que debía actuar rápido- mira que es eso -dijo sobresaltado señalando el cielo

-¿Qué cosa? -se acercó recibiendo un pico del rubio

-te iras

-ya no hace falta -lo abrazo y el rubio rio ante en comportamiento infantil del azabache

-Meliodas, Zeldris deben ver esto -corrió hacia ellos el peli plata entregándoles un pergamino

-a quien se le ocurre declarar la guerra en un papel

*

-crees que eso es cierto

-no lo sé tú dime Derieri -dijo señalando un gran rayo de Luz proveniente del cielo

-que planea 

-Eso no es lo importante ahora, cada uno sabe qué hacer, el viejo no puede ayudarnos, así que de ella y de Elizabeth nos encargamos nosotros- señaló a sus dos hermanos 

-Zeldris, deja que yo me encargue de Elizabeth 

- bien- movió un mechón de su cabello atrás de su oreja y darle un beso en la frente - cuídate 

El rubio se dirigió hacia los guardias que rodeaban a Elizabeth, desasiéndose de ellos con la ayuda de sus clones, necesitaba hablar con ella. Los demás se encargaban de deshacerse de los arcángeles y los guardias de Lionés, mientras Zeldris y Estarossa atacaban a la Deidad suprema tratando de obtener información valiosa que los ayudara a liberar a su padre y darle fin a esta absurda guerra.

-¿Creen que unos mocosos como ustedes pueden interferir asuntos como estos?

-si somos unos mocosos, ¿no gustaría combatir con alguien a su nivel majestad? -fingió una reverencia el peli plata haciendo sonreír a su hermano 

-Mi padre gustoso podría venir y dar la cara frente a usted 

-Todos ustedes son unos tontos, tienen una parte de la llave en sus manos y no saben como utilizarlo

-|¿una parte?|- le susurro a su hermano con confusión 

-que intentas decir 

-los demonios son tan ignorantes, les gusta ver correr sangre, ¿no han pensado en como los liberaron en primer lugar? Púdranse -dijo lanzando un rayo de luz hacia ellos 

-|Vieja estúpida, ve con Meliodas, encárgate de que consiga hablar con ella|-

-|Bien|- 

*

-elizabeth ¿lo recuerdas? Era lo que queríamos en primer lugar 

-Pero no de esta forma se supone que estarías a mi lado siempre 

-y quien dice que no lo estaré, pase años contigo, lo que había entre nosotros no daba para más, no es justo forzarlo 

-Lo sé -dijo viéndole fijamente - ni siquiera sigo sintiendo algo por ti 

-¿qué? 

-Desde que mi madre apareció me hizo hacer todas esas cosas horribles, para mí eres muy importante, Meliodas en cualquiera de mis vidas lo has sido, nunca sería capaz de dañarte de esa forma cuando me entere de eso mi madre me uso al igual que a Ban, no quiero seguir así

-Ven con nosotros -extendió su mano hacia la chica- cambiemos esto de una vez por todas, vamos Elizabeth 

-¿Estarían dispuestos a aceptarme?

-cualquiera que esté dispuesto a arriesgarlo todo por conseguir la felicidad de todos es bienvenido - le sonrió y la chica tomo su mano corriendo junto a el mientras Zeldris creaba una distracción para la deidad suprema -Aún falta Zeldris 

-Él nos alcanzará luego 

-pero 

-anda Meliodas 

*

-Elizabeth estás aquí - corrió hacia ella la castaña para abrazarla acción que sonrojo levemente a la albina 

-Así que todos estamos juntos ahora - sonrió el oji carmin abrazando a las dos chicas 

-Ban -dijo el castaño tirando de su brazo 

-Voy a ir 

-no, no iras a ningún lado  - cargo al pequeño rubio mientras este pataleaba sin intención de agredir a su hermano

-Pero aún no regresa que tal si le paso algo

-Lo dudo, esperaba a que nos fuéramos del lugar para retirarse 

-Exacto llegamos hace ya un buen rato 

-me matará si te dejo ir 

-Claro que si -se escuchó la voz de un tercero acercándose hacia ellos 

-Zeldris -se liberó del agarre de su hermano corriendo hacia él - ¿dónde estabas? Debiste venir detrás de nosotros, mírate-paso su mano suavemente por la herida que tenía en su cabeza 

-Estoy bien, solo me retrasé un poco 

-un poco si claro, estaba a punto de ir por ti 

-no debes hacer eso, si me quedo vete sin mí preferiría no volver 

-eres un idiota

-la vieja me dice tonto y tu idiota no sé quién más me odia más

-ya cállate, que Elizabeth te ayude con esas heridas- lo dejo parado solo dirigiéndose a donde se encontraban los demás 

-Creo que se enojó 

- no me ayudas Estarossa