▪︎Luis Santos y Miguel Diaz se conocen desde primaria, van al mismo salón y varias veces se cruzaron pero nunca tuvieron una verdadera conversación. Por una disputa generada por el hermano de Luis, Miguel y el comienzan a charlar y con el paso de la...
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》Luis Santos:
Me desperté más temprano de lo común, supongo que es porque ando en casa ajena. Mire al costado y Miguel seguía durmiendo pacíficamente. La neta no lo iba a despertar, se ve bien lindo durmiendo. Así que, me levante sin hacer ruido, cuando estaba a mediad de levantarme Miguel empezó a moverse buscándome, yo solo le di una almohada y ya siguió tranquilo.
Fui a ver si había alguien en el cuarto de sus padres, pero al parecer ya se habían ido a trabajar ambos, porque no estaba ni dios en esa casa. Fui hasta la cocina y revise que había, parecía que ahí no hacían la despensa, que carajos comían? Al final opte por preparar panqueques con maple, más café que eso si que había y bastante. Mientras esperaba a que el agua hierva para hacer el café sentí unos brazos por detrás que me abrazaban.
—Buenos días, papu— Le dije volteando.
Me acerque a Miguel y le di un beso en la frente, mientras lo abrazaba. Miguel mañanero es mi favorito, no me trata feo ni me dice muerto de hambre.
—¿Como amaneciste? ¿Ya quieres comer?— Le dije en un tono dulce.
Miguel solo asintió con la cabeza.
—Sanguche de queso— Dijo adormilado.
—¿Que?— Le pregunte confundido.
—¿Me haces un sanguche de queso a la parrilla?— Me dijo tirando de mi camisa.
—No te voy a hacer un sandwich de queso, papu. Acabo de cocinar panqueques para ti— Le dije tratando de no sonar malo.
Miguel hizo una mueca triste y comenzó a llorar.
[...]
Mientras cocinaba el Sandwich de queso para Miguel, el me abrazaba por la espalda y me daba besos en el cuello de manera tierna. Cuando termine de cocinarle nos sentamos en el sofá, Miguel acurrucandose en mi pecho y yo tomando una taza de café mientras veíamos Ariel cocina en la televisión.
Cuando terminamos de desayunar, Miguel se vistió para ir a la escuela mientras yo lo esperaba. Cuando salió para irnos a la escuela yo lo miraba atento, estaba con unos pantalones negros algo ajustados, una musculosa blanca y varía joyeria, también usaba un cinturón negro con brillos, se veía
—Tan bien— Dije en voz alta embobado— Ay, papu. Te vistes así y me dan ganas de ser tu elfa—Dije nervioso.
Miguel solo se acercó a mi y yo lo miraba todo ñoño con un chingo de nervios. El solamente se río por como me veía.
—Bájale a tu simpeo, que estoy empezando a creer que te gusto— Dijo divertido.
De la nada su celular vibro, lo reviso y su cara cambió a una de odio.
—Re al pedo nos levantamos, no hay clases por falta de profesores— Dijo molesto— Encima los hijos de puta avisan 2 minutos antes. Parece apropósito que lo hacen.
