Prólogo

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N1:

Estamos comenzando esta historia, esperando que puedan darle amor, la verdad es que espero que les pueda gustar.

...

Pansa jamás se había imaginado que pasaría esa vergüenza, y menos frente a los socios de su empresa, tenía la mandíbula y puños apretados, mientras veía a su asistente informarle sobre los papeles que ella misma había firmado y le había dado el visto bueno.

- ¿Qué me estás diciendo? -pregunto, mientras se escuchaba los murmullos detrás de ella

- Eso Presidenta, que los permisos fueron rechazados, digo que fueron cancelados. -indico la mujer de mediana edad

- ¿Quién demonios hizo eso? ¿Quién cancelo mi proyecto? -grito molesta, no entendía que había pasado, si hasta hace unas horas todo estaba bien

- Fue la señora Limpatiyakorn-Vosbein solo tuvo que escuchar ese nombre para que el juego dentro de ella se encendiera, casi escupía llamas por la boca

- ¿Esa mujer quien se cree para cancelar mis decisiones? -arrojo una carpeta, antes de salir de la sala de reuniones

Todos los socios que estaban en ese momento solo murmullaban, y no sabían que pensar, porque como es que esa otra mujer que no tenia mucho tiempo en la empresa podía tener el mismo poder o mas que la propia dueña, al grado de poder cancelar sus decisiones, así que, aunque parecieran chismosos, se levantaron para seguir a la Presidenta.

Vosbein, mientras se dirigía a la oficina de la nueva CEO, trataban de calmarse pero le era imposible, como es que esa pequeña mujer que no rebasaba el metro sesenta, tenía la habilidad de volverla loca, solo llevaba unos meses en la empresa y ya se había vuelto un grano en el culo, suspiro mientras se pasaba la mano en la cara, tratando de serenarse, pero no podía, como se atrevía a contradecirla, se detuvo cuando llego a puerta de madera, donde recitaba el nombre Love Patranitte Limpatiyakorn y abajo remataba con el CEO.

Pansa no espero más, así que sin tocar abrió la puerta de manera tosca, haciendo que la mujer sentaba en le escritorio, levantara la vista de su lectura para clavar su mirada en la pelinegra, sus ojos se miraron en un duelo de miradas, que los que estaban observando se sentían que en cualquier momento explotarían.

- Vosbein, no te enseñaron que tienes que tocar, y esperar que te den permiso para entrar-se burló la pequeña

- Mira Pat, no estoy de humor para tus chistes, estoy aquí para que me digas ¿con que derecho te atreviste a cancelar ese proyecto? -le grito

- ¿Con que Derecho? -lo pensó, mientras se levantaba de sus asiento, dejando ver su pequeño vientre crecido

- -Si-contesto Pansa sin dejar de seguirla con la mirada

- Con el derecho de ser la dueña de la mitad de esta empresa, que no se te olvide Vosbein, y por ser tu esposa y futura madre de tu hija-se tocó el vientre

-        Con el derecho de ser la dueña de la mitad de esta empresa, que no se te olvide Vosbein, y por ser tu esposa y futura madre de tu hija-se tocó el vientre

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Todos los Caminos me llevan a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora