Plebeyo |KOOKTAE|

Sir. Taehyung Kim

—¡Es hora de bajar!— gritaban sus hermanos escaleras abajo, esperando la salida de su hermanito.

En aquel cuarto Taehyung, junto a su madre arreglaban los últimos toques su corset tenía que dejarlo sin respirar y eso no importaba porque debía quedar perfecto.

—¿Y si algo sale mal mamá?— decía Taehyung mientras se veía en aquel espejo.

—Tranquilo cariño, te vez espléndido— le dijo su madre, regalando una cálida sonrisa mientras le acariciaba los brazos para que se calmara.

Su madre bajó antes de que él para calmar a sus hermanos, él seguía viéndose ante aquel espejo, no podía evitar apartar su mirada, aquellos destellos azules en sus párpados, su cabello bien peinado con aquella tiara y plumas blancas, su traje totalmente blanco con incrustaciones doradas, sus botas altas hasta la rodilla totalmente relucientes, si, tenía seguridad... toda su vida fue preparado para eso.

Para ser un futuro duque...

Para ser un futuro príncipe...

Para casarse, para tener hijo...

Dio una última y profunda respiración y salió de su cuarto para dirigirse a la entrada de su hogar. Ahí estaban esperándolo sus hermanos y su madre, el vizconde Hoseok, el vizconde Yoongi y la condesa Yuna viuda de Kim, su padre había fallecido cuando el solo tenía dos años de edad.

—Si la reina no te elige como el diamante de la temporada, prometo revivir la costumbre de cortar las cabezas— bromeó Hoseok sacándole un a sonrisa.

—Basta de chistes tontos, es hora de irnos— regaño su madre, dando un suave golpe en el hombro de Hoseok.

Toda la prestigiosa familia Kim salió en el carruaje al palacio en donde todos los prestigiosos de aquel pequeño pueblo de Inglaterra estarían ahí para presentar a sus hijas o hijos donceles. Todos querían relucir, claro que todas podrían conseguir esposo en la temporada, pero si la reina te hacía llamar como su diamante, los mejores candidatos llegarían a ti, esa era la meta de Taehyung, siempre lo a sido y nada cambiará.

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De fondo escucho su nombre —Se presenta el doncel Sir. Taehyung Kim, junto a su madre la viuda Yuna Kim—

Aquellas grandes puertas se abrieron en un segundo, dejando ver todas las miradas y exclamaciones que todos lo que presentes dieron al verlo. La reina había rechazado a las 5 chicas y chicos antes que él, todo se definía en la presentación de 70 pasos que daría para ser exactos, a la vista de todos, de la reina, de su madre, de sus hermanos, los cuales volteó a ver con disimulo y lo alentaban con una gran sonrisa.

Todas aquellas horas y años pasaron antes sus ojos.

Espalda derecha, mirada al frente, pasos firmes, manos relajadas y rostro delicado.

Un doncel no actúa de esta manera.

No conseguirás un esposo si actúas de esa manera.

El hijo de una condesa no tiene esa actitud.

Sino mantienes tu peso no podrás tener hijos.

Tienes que ser delicado.

Tienes que ser educado.

Debes ser amable.

Un doncel hace lo que se le pide.

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba reverenciando ante la reina, no tenía permitido subir su rostro hasta que la reina se levantara y ella se lo indicara en señal de aceptación.

Para Taehyung era eterno, quería llorar al sentir que no tendría una respuesta, pero ante ojos de los que estaban a sus espaldas todo era asombro, la reina, la monarca se había levantado y fue cuando Taehyung sintió aquella fina tela de aquel guante en su mentón; levantó su mirada con la ayuda de aquella delicada mano para toparse con el delicado rostro de la reina quien le sonrió y dirigió un beso a su coronilla.

—Mi diamante— dijo está, provocando que todos los presentes exclamaran y como se le había indicado Taehyung con normalidad agradeció y caminó de manera elegante a aquella puerta que lo sacaría de las miradas de todos aquellos.

—Creo que voy a vomitar— dijo Taehyung mientras caminaban.

—Tranquilo cariño, todos nos miran más que antes— le dijo su madre, provocando que fuera aún más consiente de lo que estaba pasando.

—Mi diamante— aquellas palabras se repitieron en la cabeza de Taehyung.