¡Blanco o nada!

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Capitulo 4

~ Caín ~

Termine de abrochar mi camisa blanca y tome la decisión de bajar para ver que todo esté en orden, las primeras en llegar eran viejas amigas, les había pedido que lleguen antes, mande una a buscar a Nicolas y con la otra subimos a mi refugio del amor, el cuarto vacío. Había tomado la decisión de que mis intimaciones iban a ser en ese cuarto y solo la chica ideal se acostaría en mi cama. 

Cuando subimos ella empezó a sacarse las prendas una por una mientras yo la miraba desde la cama en bóxer y con la camisa desabrochada, la chica morena me lo quita y cuando estaba por empezar la acción, una pequeña figura aparece e interrumpe todo haciéndome saltar. 

-Que haces acá? - pregunte tapándome mis partes y la chica que me acompañaba se estaba vistiendo rapidísimo. - te lo puedo explicar - dije y la morena salió sin decirme nada

- donde pensabas que iba a dormir? - pregunto levantando sus manos y encogiéndose de hombros Mila 

- No sé, con Sophie - dije y ella rodeo sus ojos. - okey me voy. - volví a hablar agarrando mi remera y pantalón de la cama para huir de esa humillación 

-Caín - me interrumpió la chica haciendo que me voltee y ver que tenía mi calzoncillo en las manos, pude sentir como mi cara cambiaba de color a rojo. se los quite de la mano y me cruce a cambiarme. 

 No podía dejar de pensar en lo invadido que me sentía con la presencia de Mila en la casa, lo peor es que parecía molestarme solo a mí. Cuando termine de cambiarme baje y esta vez mis amigos estaban esperándome para el inicio de fiesta que siempre hacíamos, los shot. 

El dj empezó a poner unas canciones de reguetón viejo y en un abrir y cerrar de ojos el patio estaba lleno de gente, bailando y gritando. Había gente en la piscina, otros al rededor y muchos en los juegos que siempre organizaba Soso. Yo controlaba que todos cumplan con la condición, el tarro para la ropa que no cumplía con el requisito estaba rebalsado, me divertía demasiado. 

-Esa remera no es blanca, tiene que irse - le dije a una chica y esta hizo pucherito 

- esa chica tampoco tiene todo blanco - dijo está señalando a alguien y haciéndome voltear   

- Tiene razón, las reglas tienen que ser para todos - Manuel dijo mientras yo miraba fijo a Mila 

- Mila!! - grite y la chica de tez blanca se quedó inmóvil viéndome. - ¡Las reglas son para todos igual, la fiesta es blanco o nada! - dije y todos empezaron a comportarse como simios, aplaudían y silbaban.

 Pude ver como la chica tenía sus mejillas rosas, la respiración rápida y una cara de susto tremenda, yo levanté mis manos y las di vuelta. Mila solo me miro, puso sus manos detrás y se sacó el corpiño, lo puso frente a mí y lo tiro en mis pies. todos la aplaudieron haciendo que yo aprete mi mandíbula por haberme desafiado.     

- quien es esta chica? - mascullo Manuel detrás de mi 

-No tengo idea - dije sin sacarle los ojos de encima 

La fiesta continua, estaba tan enojado, nadie antes había desafiado al toro menos alguien menor que yo. Busque a una chica y la saque a bailar. 


~ MILA ~

Después de sacarme el corpiño frente a Caín todo el mundo se acercaba a hablarme, pero se iban al enterarse que tenía dieciocho años, parecía que se me notaba demasiado lo virgen y los universitarios solo buscaban sexo. Solo uno paso y no se fue, era Manuel, fue muy amable y gracioso, lo que más me gustaba era que en ningún momento se me había insinuado. Tenía un brillo en los ojos que sentía ya conocía, pero no recordaba a quien se lo había visto, le conté que era prima de Sophie y el me conto que eran muy amigos, que antes frecuentaban un montón pero que cuando se puso de novio se alejó sin querer. me sentí triste cuando dijo que tenía novia, pero después aclaro que ahora estaba separado y que esperaba recuperar a los chicos, así que sonreí otra vez.    

Después de unos tragos y una larga charla, Manuel tuvo que irse a llevar a su amigo que estaba en un muy mal estado, lo acompañe hasta la puerta ya que ninguno de los anfitriones estaba. antes de irse se acercó y me pregunto si mañana quería que nos veamos, y claro que acepte. cuando se fue no pude dejar de sonreír, quería contarle a Sophie, pero no la encontré así que después de dar una enorme vuelta por la mansión decidí irme a dormir. 

Estaba subiendo las escaleras y podía escuchar a alguien gemir, rodee mis ojos porque ya me imaginaba quien podía ser. cuando llegue al final de las escaleras, estaba Caín con una pelirroja que le besaba el cuello, él la tenía a la chica contra la pared, una de sus manos haciéndole upa y la otra apoyada sobre la pared. a decir verdad, era hipnótico verlo, el pelinegro me miro ahí parada sin dejar de moverse y recordé en donde había visto antes ese brillo, era en sus ojos verdes, el relamió sus labios y luego los mordió, podía ver la frialdad en su cara. al verme quieta ahí sonrió de costado haciendo que me ponga roja una vez más.  Corrí hacia la habitación y cerré la puerta. 


~ CAÍN ~ 

-Que fue eso? - pregunto la pelirroja haciéndome volver a lo mío

- Nada conteste- mientras continuaba moviéndome y besando su cuello, al terminar corrí a la chica y entre a mi habitación para ducharme 

Estaba enojado con Mila por quedarse viéndome, ya era demasiado. Cuando termine de cambiarme tome la decisión de ir a hablar con la primita de mi mejor amiga, tenía que aclararle un par de cosas, abrí la puerta y cruce para golpear la suya.  Al golpear la puerta Mila la abre y pude ver que tenía una toalla blanca envuelta, el pelo mojado y la piel colorada irradiando vapor por haberse bañado con agua caliente. La miré de arriba a abajo y devolví la mirada hacia sus ojos.

- Mila...- suspire 

- sí? - pregunto con una voz suabe y sin dejar de mirarme a los ojos, me ponía nervioso 

- No está bien ver a la gente cuando tiene relaciones. 

- Tampoco está bien hacerlo en los pasillos donde todo mundo puede verte - retruco 

- Me olvide de tu presencia, hay reglas que mis amigos ya conocen 

-Si, pero no yo - dijo 

- de todos modos, te frenaste a ver - dije negando con mi cabeza 

- me dio curiosidad- respondió entrando a su habitación 

- Es igual a como lo hace todo el mundo - dije desde la puerta 

- no lo sabía - dijo levantando sus hombros 

- espera, como qué no?, no me digas que vos - dije y ella interrumpió antes que pueda terminar la frase 

- Así es, jamás lo hice - dijo de espaldas refregándose la toalla y yo solo me quedé viéndola en silencio 

<Mierda> La saludé y me fui a mi habitación sin decir nada, no podía creerlo y me sentía mal porque ella tuvo que verme ahí, tenía que buscar un nuevo lugar para llevar a mis chicas. Me desvestí y me metí a la cama para irme a dormir, era la primera vez que me iba antes de una fiesta y que no me despedía de Nico y Soso.   

Opuesto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora