Capítulo 05

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 STEPHANIE.

No le sorprende demasiado cuando llega a casa y debido a ello, su madre se da cuenta de que Luna y Zinnia han desaparecido. Bueno, se sorprende un poco cuando se trata de Zinnia porque ella no tiene esos hábitos, aunque siempre sospechó que sus instintos lobunos se iban a desarrollar de manera caótica en algún momento.

Luna siempre fue un poco impredecible. Por no decir, mucho. Saber que se ha escapado en medio de la noche, sin embargo, no es del todo sorprendente. Que no le conteste los mensajes, tampoco lo es. Han tenido una relación complicada desde el verano pasado, cuando su corazón colapsó y lo primero que se le ocurrió fue pedir una beca en un internado privado en las montañas; Luna no lo entiende y sospecha que no lo hará pronto.

Por ello es que este verano está dispuesta a hacer las paces.

—Deberíamos de estar durmiendo —dice Bellatrix con su antipatía habitual.

Rosalba le da un codazo a su hermana menor y esboza una pequeña sonrisa en dirección a Stephanie.

—¿Qué tal el semestre? —se anima a preguntar.

—Ha sido maravilloso.

O al menos quiere ser optimista pues ha sido complicado. Ha extrañado a su madre y a Luna como nunca, dado que ambas son como sus mejores amigas en el mundo, además de ser las únicas, por lo que estar alejada de ellas ha sido un rumbo solitario. Ha mantenido un promedio de excelencia, al menos eso es algo bueno que contar.

—¿A ustedes cómo les va? —pregunta Stephanie.

—Gané un diploma —sonríe Rosalba, aunque puede ver la tristeza en su semblante.

Está a punto de felicitarla cuando Zinnia y Luna entran a la cocina arrastrando los pies con sus madres detrás de ellas. La madre de Luna parece preocupada, pero la de Zinnia está vuelta una histérica, por lo mismo de que no es un comportamiento habitual en su hija.

—¡¿Dónde demonios estabas?! —exige saber la madre de Zinnia.

Zinnia no es una persona deshonesta, de hecho, no sabe mentir en absoluto por lo que cuando su rostro enrojece y empieza a tartamudear, todas consiguen saber con certeza que algo ha sucedido, pero no se atreve a decirlo. Obviamente le preocupa y quiere conocer la verdad, pero Luna y su lealtad incondicional hacen una de sus comunes apariciones.

—Le pedí que fuera a recogerme, ¿si? —dice con simpleza.

Su hermana miente con facilidad, pero no significa que lo haga bien.

—¡¿Cómo te atreves?!

—Yo me ocuparé de mi hija, Belladona —dice su madre con severidad y a su tía solo le queda enrojecer del coraje en silencio pues la madre de Luna y Stephanie no tiende a molestarse o ser severa—. ¿Qué está sucediendo, Luna?

—Emily hizo una fiesta, yo solo quería ir.

—Pudiste haberme pedido permiso —replica su madre.

—Eso le hubiera quitado todo el encanto al asunto, ¿no es así? —pregunta con una pequeña sonrisa burlona.

Stephanie a veces no alcanza a comprender la rebeldía de su hermana, la necesidad que tiene de ir en contra de todos y cada uno de los ideales de su familia, contra todas las reglas y eso a veces puede ser un poco agotador. Su vida en casa tiende a ser así, por lo mismo es que ha decidido irse al internado y ese es precisamente el motivo por el cual se siente culpable.

Siempre que piensa en ello, se siente fatal.

—Hola —murmura tentativamente.

Luna la observa con el más crudo de los desdenes y se aleja del comedor, su madre sube detrás de ella, intentando llegar a su hija y Stephanie sólo consigue suspirar con frustración.

Al diablo con mi amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora