★|Sólo soy humana|★ ® | Lectora X Ocs

El nuevo encuentro

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Después de un largo viaje, llegaron al hogar del sacerdote, era ya de noche y las calles estaban vacías, lo que facilitaba que Suyuin estuviera

Kyōhaku tocó la puerta del sacerdote, esperando alguna respuesta "¿Quién es?" Pregunto desde el otro lado la voz suave y serena de un hombre

"Soy yo, Kyō, déjame entrar, tengo una gran noticia" tras pronunciar aquellas palabras, la puerta fue abierta

"Usted primero mi diosa" dijo para entrar después de Tn y Suyuin "Kyō, ¿Qué te trae por aquí?" Pregunto al hombre mientras preparaba un té con un olor embriagante

"Me he encontrado con la mismísima diosa" dijo cerrando la puerta "no digas bobadas Kyō, tú obsesión por la diosa te esta llevando a ver cos-"

No pudo terminar sus palabras pues al girarse vio algo que simplemente lo sorprendió, era el ser más majestuoso que había visto, Tú, su diosa

"Oh Dios mío... Es ella realmente.." sentía como su mundo daba vueltas, por fin pudieron encontrar a su amada diosa, por fin tenía a quién adorar, a quién serle leal

"Mucho gusto, mi nombre es Ryōmen, soy su mayor servidor, querida diosa" dijo arrodillándose ante la joven "por favor, levántate, mi nombre en Tn, no hace falta que usen tal honorífico"

"No me perdonaría faltarle el respeto, mi diosa" dijo rápidamente el sacerdote "oh, por eso no te preocupes pequeño Ryō" tras escuchar tal apodo, la sangre subió rápidamente a las mejillas del sacerdote

"Bu-bueno, debemos ahem.. preparar sus aposentos mi diosa, el templo lo construiremos lo antes posible, por mientras, recomiendo que se quede a vivir conmigo mientras se prepara todo" dijo algo nervioso

"Ah... No hace falta, mi diosa se quedará conmigo" comento con rapidez el joven noble "Kyō, tengo que recordarle que está usted casado"

"Ahg.." resopló "además, mi hogar es más digno para su majestad la diosa" comentó con una pizca de orgullo "no creo que haga falta, viviré en el bosque sin problemas, se los aseguro"

"¿En el bosque? No, imposible, ese lugar no es digno de usted, querida diosa" dijo el sacerdote "es muy peligroso para usted"

"Suyuin me protegerá" dijo acariciando el pelaje del animal místico, el cual ronroneaba al contacto "¿La bestia? Aún peor, a saber el daño que le podría hacer"

"Le pido con todo el respeto que no insulte a mi querido amigo así, Suyuin jamás me lastimaría, además de que confío más en él que en cualquier otro ser" dijo con un leve tono enojado, estaba claro que no le gustó tales palabras

"Mis disculpas, mi diosa" murmuró entre dientes con una sonrisa forzada, detestaba aquella bestia que apenas había conocido

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Después de unos minutos más de haber planeado como se vería el templo y futuro hogar de la prota, la joven se fue en el lomo de Suyuin con dirección al bosque

Kyōhaku y Ryōmen quedaron solos hablando un poco y poniéndose al día "no soporta a esa bestia, solo sabe robarse la atención de mi diosa"

"Por primera vez estoy de acuerdo, pero es de esperarse, siempre se dijo que a la diosa le encantaban los animales, además de que las bestias y todo ser es incapaz de hacerle daño"

"Humm" asintió el noble "ahg, ahora me toca verle la cara a esa estúpida señora.." se quejó el joven noble, odiaba a su esposa con todo el corazón

"Oh.. ¿La señorita Utsu? Bueno, dele saludos de mi parte" dijo el sacerdote despidiéndose de su amigo noble "ajá adiós" finalizó para irse a su hogar

NA: Le acabe cambiando el nombre
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"Humm, por lo que veo, has sido un alma intermedia, te daré la opción de reencarnar, ¿Qué te parece?" Pregunto la voz femenina

"Me parece bien, solo tengo una duda" "dime" "¿Por casualidad habrá reencarnado Tn? Me gustaría estar con ella y hacer las pases.." preguntó algo deprimido

"Oh, sip, justo era la última reencarnada que atendí, te enviaré con ella, pero primero te explicaré algunas cosas del mundo en el que se encuentra.." dijo con una sonrisa

"De acuerdo, muchas gracias" comento el joven devolviendo también la sonrisa a aquella mujer

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A la mañana siguiente, nuestra prota se encontraba jugando con la manada de Suyuin, eran muy agradables y suaves, aunque sobre todo adorables

Mientras con Kyōhaku, el se encontraba en su hogar, era una mansión muy grande, con unos maravillosos jardines y rosales

"Mmm... Quizás algunas flores... O quizás chocolates..." El joven estaba tan metido en sus pensamientos que no vio cuando su esposa llegó

"¡Kyōhaku! ¡Te estoy hablando maldita sea! ¡¿En que tanto piensas que ni me miras?!"

“ahg, está mujer de mierda otra vez..” pensó asqueado "eso no te incumbe Amelia" soltó sin mostrarle interés "¡Claro que sí Ryōhaku! Llevamos años casados y ni siquiera compartimos dormitorio"

"¿Acaso eso te parece normal? ¿Cómo podremos tener un heredero si no dormimos juntos? Ni siquiera me miras, ¡no me prestas atención!" Siguió quejándose

"¡Sólo te preocupas por una maldita diosa que ni existe!" Eso tocó el nervio. De pronto sintió una cachetada

"¡No vuelvas a decir tales estupideces acerca de mi diosa!" Grito completamente irritado y se fue dejando a la atónita mujer que se encontraba en el suelo

"Ja.. ¿así que de verdad nunca me amaste? Esto no es justo... Te doy mi amor y ni siquiera lo aprecias..." Dijo para si la mujer mientras lágrimas salían de sus ojos

Ella odiaba tanto a esa tal diosa, como no, ella le quitaba el amor de su marido, algo por lo que luchó toda su vida

¿Y todo el esfuerzo para qué? El nunca la amaría, y eso ella lo sabia. Aún sabiendo esto, le dolía, quería creer que no era cierto, que el la amaba.. pero ese día se dió cuenta del verdadero hombre con el que se había casado

Un hombre que literalmente tenía una habitación dedicada a su supuesta diosa. Esculturas, historias, había de todo relacionado con aquella diosa

Mientras que para su esposa ni una mirada, y si eso, era una llena de asco puro

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Doble actualización 😌🫶