capitulo 1

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Hola, no estaba desaparecida, sólo en un hoyo de depresión, por lo que vine a quedarme un tiempo a casa de mi abuelo a un pequeño pueblo costero. De aquí nació esta historia.

Tiene ocho partes y publicaré un capitulo cada dos días.

Es mpreg y Jeongin es parte kitsune.

Btw, hoy es mi cumpleaños.

—¡Es hoy, es hoy!—Jeongin entró a su habitación cómo un torbellino—¡Minho, despierta, es hoy!—el felino bicolor levantó su cabeza de forma perezosa, despertando de su siesta en la cama del menor

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—¡Es hoy, es hoy!—Jeongin entró a su habitación cómo un torbellino—¡Minho, despierta, es hoy!—el felino bicolor levantó su cabeza de forma perezosa, despertando de su siesta en la cama del menor.

Jeongin dio una vuelta sobre su propio eje para darle una mirada rápida a su habitación y asegurarse de no olvidar nada.

Tomó su pequeño sombrero puntiagudo y se lo colocó con prisa. Respiró de forma profunda, cerrando sus ojos y concentrándose para hacer que sus orejas y cola color ocre se desvanecieran.

Una vez se fueron, abrio sus ojos y tomó su bolso cruzándoselo por el pecho. Sus manos estaban temblorosas de la emoción.

—Minho, vamos, ven aquí—Jeongin abrió su bolso vacío y le hizo una seña al gato, quien le miró con ojos aburridos.

El menor suspiró y caminó hacia la cama, levantando al felino y guardandolo en su bolsa, recibiendo un maullido inconforme.

—Ya sé que no te gusta, pero tenemos que irnos ahora y no puedo arriesgarme a que te caigas de mi escoba—explicó el menor mientras tomaba sus maletas. Minho maulló y Jeongin tarareó—te daré dos premios cuando lleguemos, lo prometo.

—¡Jeongin, date prisa!—la voz de su madre le hizo dar un pequeño salto en su lugar y apresurarse a salir de su habitación.

Bajó las escaleras de su hogar de forma rápida, sabiendo que sólo haría que su madre se molestara más, pero no podía evitarlo, era un hábito suyo que nunca había podido arreglar.

Lo primero que vio al bajar las escaleras fue a su madre parada a media sala, con la mirada dura y los brazos cruzados.

—Estoy listo, madre.—Jeongin se paró derecho y Seulgi miró a su hijo con una ceja alzada.

—¿Es todo lo que llevarás?—preguntó ella mirando su maleta color rosa bebé y su bolso, donde su familiar se asomaba.

—Ya había enviado mis cosas importantes primero—aclaró Jeongin, sosteniendo sus manos frente a él.

Ella le dio una última mirada gélida antes de soltar un pequeño tarareo.

—Tu estancia está prevista para hoy a las diez de la noche. Me avergonzarias de sobremanera si no llegas a tiempo.—Seulgi se apartó de su camino—¿debo recordarte las reglas?

Jeongin negó de inmediato.

—No hablarle a nadie de nosotros y no enamorarme de un humano—repitió de forma clara y firme.

My little witch (Jeongin's delivery) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora