(Final)

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Silvio observaba a Muzi que abrazaba sus piernas observando el bosque.

Lentamente se acercó y lo abrazó sintiendo los huesos del castaño cada día más pronunciados.

La depresión había empeorado la enfermedad de Muzi, y realmente no lo culpaba él también estaba consumido por ella.

Se imagino perder a Muzi, probablemente porque siempre sintió que así sería.

Pero jamás imagino perder a Flex, siempre lo vió lleno de vida.

— ¿Estás listo?— preguntó Muzi y Silvio lo observó — Para lo que dirás en el funeral, quiero escuchar lo que dirás— dijo Muzi y Silvio lo observo con ojos llorosos.

— …No quiero hablar ese día — confesó y Muzi sonrió.

—  Te estoy pidiendo hoy por eso— dijo Muzi para recostarse en el hombro de Silvio — ¿Qué harás cuando yo también me vaya?— Preguntó acomodándose con el mayor.

— No lo sé, probablemente regrese a la ciudad y cuide a los niños…— dijo y Muzi le tomo la mano.

— Quiero que hagas otras cosas— dijo y Silvio lo observo confundido — Quiero que encuentres una pareja bonita, que viajes que busques pasatiempos solamente…no quiero que nos olvides— rogó y Silvio lo besó suavemente.

— No sé si podría, son diez años— dijo y Muzi acaricio las manos de Silvio.

— No quiero que te estanques— dijo y silvio lo abrazo más fuerte.

—Te amo demasiado demasiado — dijo sollozando.

Muzi lo observó y beso su frente.

— Dime entonces que escribiste — dijo y Silvio limpio sus lágrimas para sacar su papel.

Se detuvo y lo observó a los ojos.

— No puedo, no puedo perderlos a ambos — dijo y Muzi le acaricio la mejilla.

— Yo tampoco, grandote — confesó y Silvio se aferró a su cuerpo llorando mientras sentía las caricias de Muzi en su cabello.

(***)

Silvio entró al departamento y se quitó el sombrero dejándolo en el mesón.

Se sentó en el sofá y observó las pinturas en la mesa desparramadas, observó el lienzo que Muzi había estado haciendo aquella noche donde huyeron.

Muzi lo supo hace demasiado tiempo, sabía que así se iría Flex.

Silvio suspiro cansado incapaz de mirar a cualquier dirección, todo en ese lugar tenía un recuerdo.

Caminó a la habitación y observó la ropa de Flex regada sobre la cama, se quitó los zapatos y se acostó sin molestarse abrazado la almohada mientras sentía la completa soledad.

No los volvería s ver jamás, no habría más discusiones tontas ni chistes sin sentido.

Comenzó a llorar con fuerza.

Sentía que caía en un pozo oscuro y profundo, sentía estarse ahogando con su propio dolor.

Escuchó la puerta y suspiró para levantarse caminando a abrirla.

Observó a Lin que estaba allí parada, estaba sola.

— ¿Hablamos? — preguntó ella y Silvio la miró con tristeza.

Lin lo abrazó y Silvio correspondió incapaz de aguantar todo lo que estaba sintiendo y llorando sobre el hombro de la chica.

Fin
¿Preguntás?

Les invito a leerse mí historia colaboración con gema_kawai_UwU en mí perfil, les debemos un final feliz (si ya leyeron su historia the mafia entenderán) se les quiere, muack.

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El Pozo /// Silvexkato (TEM.3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora