Prólogo

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Bestias, normalmente descritas como criaturas violentas de naturaleza macabra, las cuales disfrutan de la agonía y terror no solo de los animales más pequeños, sino también de humanos, se desconoce el porqué de su maldad y lo ruin de su naturaleza.

Esto es lo que cuentan las personas generaciones tras generaciones que han vivido en estas tierras, historias de terror se han contado desde tiempos de antaño, sobre los ataques y los pocos valientes que se han armado de valor para enfrentar a la bestia que habita concretamente aquí; o al menos eso dicen los rumores.

Ya casi no se habla de estas historias, al menos que estés lo suficientemente loco para mencionar la parte más frondosa del bosque, si lo hablas las historias y amenazas en forma de descabelladas profecías no se harán esperar, y claro, nadie lo cuestionara porque “tu no pasaste por ello” y es verdad, así que no puedes protestar y toca sucumbir a los cuentos. Después de todo, ¿lo desconocido… es un miedo humano verdad?

Nunca pensé mucho en ello, todos parecían concordar en lo siniestro del tema, y por mi parte ya tenía suficiente con los comentarios hacia mi persona, para indagar más en ello.

Desde que tengo memoria sabía que había algo el mundo, a pesar de verlo con la dulzura de los ojos infantes, tenía algo escondido, algo entre líneas que me dejaba un mal sabor de boca, simplemente esa sensación creció aún más al paso de los años; pensé que era un mal augurio y que si pensaba más en ello algo empezaría a pasar, como algún maleficio.

Tome la decisión de ocultarlo, ojos que no ven, corazón que no siente, decidí ser ciega ante mis instintos, decidí que la incertidumbre debería cegarme para poder estar en paz conmigo misma. Antes de que me diera cuenta aquella sensación que me asfixio por tanto quedó escondida junto a las leyendas, quedando encerrada a la simple vista donde todos preferimos no ver algo oculto enfrente de nosotros.

Bestias| RecuentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora