Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.
Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda...Pequeña era aún aquel día en que su frágil corazón dejo de latir por el fuerte dolor que él le provoco, sus sueños e ilusiones se acabaron el día que le vio junto a su mujer y con ello toda fuerza de vivir.
Kagome gustaba de pasear cerca del rio que pasaba por las tierras de su padre, acostumbraba a tomar largo descansos perdiéndose de la vista de su madre evitando las acaloradas discusiones por su forma tan poco apropiada de ser, eran una familia sencilla pero importantes dentro del pueblo y Kagome aun se comportaba como una pequeña, disfrutaba de su larga cabellera revoloteando al aire, pies descalzos y los vestidos sucios por el lodo que abundaba en el lugar, rojas mejillas pues nunca podía estar quieta, y pese a que su desarrollo era cada vez notorio ante la vista masculina todos le veían aun como una pequeña niña incluso aquel hombre que se encontró de dudosa procedencia pero que capto toda la atención de la menor, tenía apenas 16 años cuando le vio por primera vez, sus ojos brillaron ante la gran figura que tenia frente a ella, un hombre mucho mas alto que su padre, larga cabellera plateada, fuertes manos, voz aterciopelada y esa mirada que lograba calar a lo mas profundo de su ser, Sesshomaru Taisho era su nombre, no era de por ahí pues ella recordaría haberlo visto, además, por juzgar todo lo que traía en su caballo, podría intuir que era un hombre que viajaba con regularidad.
Con la debida autorización de los Higurashi, Sesshomaru acampo cerca de un mes en las tierras mas cercanas al rio, su estancia ahí no duraría mucho así que procuraba mantener siempre sus cosas en orden para partir cuando lo necesitara, además Kenta, el padre de Kagome se ofreció a alimentar al hombre a cambio de su trabajo dentro de las tierras, él acepto y eso provocaba que la pequeña Kagome se topara muy seguido con el misterioso hombre. La madre de Kagome no se sentía a gusto con la presencia de Sesshomaru, en sus ojos veía el peligro que era para ella y su familia, especialmente por su hija quien ahora pasaba sus días con sonrisas esporádicas y sonrojos recurrentes, sabía que ella había caído ante el encanto del hombre, pero también sabía muy bien que él no se fijaría en una niña como su hija. Muchas fueron las veces que ella insistió en que alguien vigilara a Kagome en los momentos que solía escapar de casa, su padre nunca escucho la suplica y con ello lo inevitable ocurrió.
Pocos habían sido los días que le bastaron a Kagome para ilusionarse con las palabras que Sesshomaru decía para sus tiernos oídos, las promesas de amor surgieron más rápido que lo que tarda una crisálida en madurar, los pequeños roces despertaban en Kagome sensaciones que jamás había experimentado, la cercanía del hombre le hacia templar, su voz tersa y replicando su nombre era la melodía que hacía a su corazón latir, y no fue hasta aquella tarde en que finalmente su primer beso fue robado ante la brusquedad de Sesshomaru que ella entrego cuerpo y alma sin medir las consecuencias pues para ella todo era el inicio de su feliz vida junto al hombre que amaba.
Pasaron entonces así los días hasta aquel momento en que frente al árbol grabaron sus iniciales como promesa de volver a ver; era momento de partir y evitando que Kagome se aferrara mas a su ropa la tomo por los hombros bajando su mirada hasta la de ella para prometerle que volvería pronto por ella.
-lo juro Kagome, regresare muy pronto y regresare solo para venir por ti y llevarte conmigo- fueron las precisas palabras dichas por Sesshomaru en su intento de liberarse de la pequeña y continuar con su viaje. Las palabras surtieron el efecto esperado, Kagome se tranquilizó, ofreció un pequeño bordado que hizo para el con la esperanza de que la recordara todos los días hasta su regreso, lo había impregnado de su perfume y solo así dejo partir a su amado hombre sabiendo que pronto estarían juntos nuevamente.
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La niña de Guatemala
Short StoryBreve relato inspirado en el poema LA NIÑA DE GUATEMALA de Jose Martí teniendo como protagonistas a Sesshomaru y Kagome Los personajes son de la autoria de Rumiko Takahashi