𝗌3𝗑 & 𝖼#𝗆 ♡⃕ 𝗌𝗎𝗇𝗀𝗌𝗎𝗇 ﹙𝖼𝗈𝗆𝗉𝗅𝖾𝗍𝗈﹚

II. S3X, C#M &...

Sunoo, tirada en el piso de aquel frío baño, miró la prueba de embarazo atragantándose con su llanto.

Eran las diez de la noche, sus padres dormían tranquilamente sin imaginar lo que le pasaba a su pequeño hijito.

Estaba embarazado, las dos líneas rojas lo confirmaban.

Se largó a llorar, tapándose la boca para no despertar a los mayores, asustado de que lo encontraran en ese estado.

Estaba embarazado y mierda, por supuesto que lo estaría.

Luego de su primer encuentro con Sunghoon los siguientes días siguieron teniendo sexo, varias veces sin usar preservativo (otra vez) porque los dos eran demasiado calientes como para eso.

Tuvieron relaciones en los baños de la escuela, Sunoo siguió visitándolo al departamento, hasta lo hicieron el último día de clases, cuando todos estaban lloriqueando y despidiéndose de sus compañeros de tantos años, ellos follaban como animales en un cuarto de productos de limpieza.

Su relación se mantuvo en secreto, pero ni Sunghoon ni Sunoo permitieron que el otro estuviera con más personas. Eran exclusivos sin la necesidad de acordarlo en voz alta.

Y joder, Kim en ese momento pensó que iba a morirse. Su vida estaba arruinada, preñado de un estúpido que ni su novio era. ¿Podría entrar a la universidad en ese estado? ¿Sus padres lo matarían? Probablemente. Tenía tantos problemas y cosas en mente que esa noche no pudo dormir, aterrado del futuro y lo que haría.

***

Kim lo había llamado a la una de la tarde, pidiéndole que fuera a verlo. Estaban de vacaciones hace unas semanas, pero los padres de Sunoo seguían trabajando, por lo que tenía la casa sola para el.

Tenía que confesarle la verdad.

Si bien al inicio pensó en la idea de ocultarlo y hacerse cargo solo, ya sea yendo a abortar o incluso criar al bebé, supo que Sunghoon tenía el derecho a saberlo. Ambos eran responsables del embarazo (aunque Sunoo sabía que la decisión final sería suya porque era él el embarazado) y le gustaría conocer la opinión del menor.

Cuando el timbre resonó en las paredes, tragó saliva y se levantó del sillón con las piernas temblando, abriendo la puerta de entrada.

—Hola...

Sus palabras quedaron en el aire, pues Sunghoon lo había tomado de las piernas, lanzándole una patada a la puerta para cerrarla y comenzó a llenarle de besos el rostro.

—Te extrañé —dijo, subiendo las escaleras para ir hasta la pieza del pelinegro y recostarlo en la cama.

Esa era otra novedad: Park Sunghoon, luego de semanas y semanas con Kim Sunoo, se había vuelto mucho más dulce, siendo un idiota solo a la hora del sexo cuando le gustaba jugar con la paciencia de su chico. Ya nada de insultos ni peleas ridículas.

Ambos actuaban como una pareja real.

—Sunghoon...

Sunoo debía decírselo, lo sabía, pero en cuanto el americano metió una mano entre sus bragas para comenzar a masturbarlo, Kim perdió la cabeza y se olvidó de todo a su alrededor.

Se lo diría luego. Sí. Eso haría.

Sunghoon usó su otra mano para tirar la ropa del más bajo fuera de sus piernas y luego desabrochó su propio pantalón, bajando su bóxer hasta la mitad.

Masturbó su pene ya erecto bajo la atenta mirada contraria.

—Abre las piernas.

Sunoo hizo caso y sintió el falo del menor golpeando suave, pero morbosa y ruidosamente sus labios vaginales, rozándole el clitoris de paso.