CUATRO

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Agosto

—¿Seguro que te encargas de esto? —El jefe mayor ayudó a Heeseung a colocar la caja dentro del baño. Realmente, Heeseung podría haber llevado el retrete solo. Sin duda la instalación no era un trabajo para dos hombres.

—Absolutamente. Vaya a ver a su familia. —Heeseung hizo retroceder al hombre mayor a través de la casa, anotando mentalmente todo lo que quedaba por hacer. Alfombra raída en el pasillo. Zócalos con una gran necesidad de pintura. Paredes desgastadas en la sala de estar. Persianas antiguas en las ventanas delanteras. Él y el jefe mayor habían pasado el día haciendo una lista de lo que había que hacer, y habían hecho el primero de lo que parecían ser varios viajes masivos a Home Depot.

Y a juzgar por la cantidad de mensajes de texto y llamadas telefónicas que recibió, el jefe mayor se había mantenido lejos de casa demasiado tiempo. Heeseung podría manejar totalmente la instalación de un retrete solo. Él, su motor de búsqueda y una pizza. Qué mejor manera de pasar un sábado libre, ¿verdad?

Bailando. Cuerpos cálidos. La quemazón del Fireball. Imágenes espontáneas de esa noche de junio se deslizaron en su cabeza. La próxima semana, tenía programado ir a Seúl para un viaje rápido para el cumpleaños de Jay. Y tal vez...

Nop. Heeseung negó con la cabeza, tratando de despejar la neblina y los persistentes sonidos de las canciones del club. Instalar un nuevo cagadero debería ser exactamente la distracción que necesitaba.

Una pizza y muchos tutoriales de YouTube más tarde, Heeseung estaba listo para encarar quitar el inodoro viejo y agrietado.

—Hijo de... —balbuceó Heeseung cuando el agua lo golpeó en el rostro. Cierra la válvula de agua. Idiota. Él podía desactivar una bomba bajo presión. De ninguna manera iba a ser derrotado por un retrete. Los tutoriales le habían advertido que sacar el agua podría ser asqueroso, y no estaban bromeando. Luego arrancó al hijo de puta, sudando más de lo que pensaba que haría. Los pernos estaban corroídos y estaban asquerosos. La maldita cosa era resbaladiza e inmanejable como la mierda, pero finalmente la arrojó en el gran contenedor de basura que el jefe mayor había ordenado. Ahora instalar el nuevo modelo de ahorro de agua que habían elegido. El lugar donde había estado el inodoro estaba asqueroso, y a Heeseung no le gustaba lo asqueroso, especialmente los olores que salían de la tubería.

—¡Maldito hijo de puta! —gritó dos horas más tarde, ya que todavía no lo tenía bien. De alguna manera el agua se había rociado de nuevo, y lo que es peor, estaba goteando alrededor de la base del inodoro, lo que significaba que probablemente había jodido el sello de cera. Un viaje a la ferretería produjo otro kit de sello de cera, esta vez de su dinero, porque de ninguna manera le confesaría al jefe mayor lo difícil que era esto. Más raspado. Más limpieza.

Golpeó el inodoro por segunda vez, siendo más firme, y...

Rompió el jodido inodoro. De lo que no se dio cuenta hasta que conectó todo de nuevo y descubrió que el agua se escapaba de nuevo.

Ahora otro viaje, este justo antes de que la tienda cerrara durante la noche. Otro retrete, este haciendo que su tarjeta de crédito hiciera una mueca de dolor. Luego después de tenerlo instalado, finalmente, tuvo que sacar la alfombra del pasillo para poder esconder el segundo inodoro en el contenedor de basura. Era pasada la medianoche para cuando terminó, y se había raspado las manos con la alfombra porque se había olvidado de los guantes.

Y aparentemente tenía alergia al polvo para colmo, a juzgar por sus ojos llorosos y la picazón en su rostro.

Mierda. Se metió en la ducha. Quizás vivir fuera de la base no era para tanto.

Confidencial (heejake) OU#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora