Capitulo 1

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Melisa ya estaba cansada de escapar. Desde que tenía doce años su vida se trataba de eso: de escapar. Pero sinceramente se sentía más libre en estos momentos que en su vida pasada.

Todavía no podía asimilar que el mundo había cambiado, o mejor dicho, acabado. Porque si, para ella todo esto era el fin del mundo... no creía que iba a regresar a la normalidad. Si bien tuvo meses en donde estaba esperanzada, rápidamente esa esperanza se esfumaba con el correr de los días. Melisa creía que era un karma que el mundo le había dado a las personas por destruirlo tanto.

Y eso la contaba a ella.

Merodeaba sola en casi todos los lugares. En varios sitios peligrosos que por suerte está viva para contarlo. Aún se sorprendía que no haya muerto, y estaba agradecida por eso, amaba vivir.  A pesar de todo lo que había sufrido, pudo superarlo a tiempo.

Aunque al decir verdad, ignorando los dichos de su hermano mayor que agonizando le aconsejó "no confíes en nadie", quería estar con un grupo.  Sabía que algún día esta libertad se iba a terminar gracias a un zombie o una horda de estos por estar sola sin acompañamiento. Era fuerte, pero no tanto para destruirlos a todos.

Ahora caminaba por un vecindario en busca de provisiones y no solo eso, también un lugar para pasar la noche. No dormía hace días y encontrar casas era la recompensa por viajar tanto. Al ver una de ellas no dudó en acercarse a la puerta y abrirla con fuerza.

Apuntó con su pistola y golpeó la pared con su mano para corroborar de que no haya nadie. Esperó algunos segundos y entró. Subió las escaleras.

—¿Hay alguien aquí?— preguntó y nadie respondió. Solo respondieron los zombies que estaban encerrados en una habitación. Ignoró aquello y después de entrar a cada cuarto para ver si había alguien, cosa que no, bajó para guardar latas de comida y bebida en su mochila.

Arriba de todo había una lata de budín de chocolate. Estaba nueva, pero prefirió dejarla ya que no era importante para sobrevivir... aunque extrañaba los postres. Subió de nuevo yendo a una habitación vacía y al ver que la luna amenazaba con salir cerró la puerta con una soga así nadie entra. Se acostó y miró al techo casi anonadada. Hacía mucho tiempo que no se acostaba en una cama cómoda.

Las veces que dormía era en un árbol para que los zombies no la comieran.

Y sin darse cuenta ya se había dormido.

Al día siguiente no despertó por el sonido de los pájaros o por el sol que le pegaba en su cara, despertó por ruidos extraños. Al parecer el instinto de supervivencia lograba estas cosas, ya que antes de que empezars todo, tenía sueño pesado.

Escuchó pasos hasta que estos terminaron seguramente en la puerta de al frente donde había un zombie.

—Debí dejar la puerta abierta... idiota.— murmuró Melisa levantándose y tomando su pistola enseguida.

Como suponía, la persona había abierto la puerta y el zombie fue a atacarlo. Oyó quejas y su ceño se frunció. No era un hombre, era de un niño de su edad. Así que podía darle pelea.

Sacó la soga de manera cautelosa mientras escuchaba tiros y a alguien caerse. Eso la alertó porque esos tiros le avisaban que el chico tenía un arma. Después escuchó un último tiro y varias cosas caerse al piso.

Abrió la puerta para salir de la habitación y vió casi todo un desastre. Corrió hacia el cuarto de al lado y vió a un chico con un sombrero de sheriff tratando de soltarse del zombie. No dudó en apuntar la cabeza del putrefacto y dispararle matándolo al instante.

El chico se quedó sorprendido hasta que su vista subió encontrándose con ella. Su mirada cambió a una relajada y casi asombrada. Era castaña con rulos hasta sus hombros y sus ojos eran cafés.

𝗠𝗔𝗦𝗧𝗘𝗥𝗠𝗜𝗡𝗗 ━━𝗰𝗮𝗿𝗹 𝗴𝗿𝗶𝗺𝗲𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora