Existen dos mundos diferentes, y en solo uno de ellos existen las bestias más temibles, los poderes, la inmortalidad, reyes, reinas, principes y princesas, ahí es donde pertenecen los medios hermanos, Minho y Hyunjin, los herederos al trono de ese i...
Un pelinegro corría desesperadamente por todos los lugares de aquél respetado palacio, buscando sentir algo frío, buscando sentir alguna señal de hielo, pero no la encontraba, no la lograba sentir y eso lo hacía estar aún más asustado, buscó y buscó, solo vió hombres atrapados en unas grandes enredaderas y supo a quién le pertenecian, era claro a quien le pertenecian, a su hermoso ángel, ahí estaba, tomando escombros y tirandolos lejos, estaba tan hermoso como siempre, aunque tenía sangre de los más grandes traidores impregnada en su hermosa vestimenta, aún así lo veía tan deseable como siempre, se acerco a él.
- ¡Bokk! No encuentro a Ho, ¿No sabes donde está? Todo se está empezando a derrumbar, y no lo veo, lo perdí de vista al estár contra el otro Yang.- Habló demasiado agitado.
- No lo he visto, estoy intentando retener a todos estos málditos como puedo, pero son demasiados, Jungwon tiene demasiado poder en ellos.. - Suspiró cansado.
- Lo sé... y lamento demasiado haberte metido en este lío, ahora solo lucharemos juntos, buscaré a los demás.
Hyunjin estaba dispuesto a seguir buscando, pero un cuerpo salió disparado, estrellandose fuertemente contra la pared creando una gran grieta en esta, una rísa resonante se escuchó, cuando vió el cuerpo, sintió como en su interior crecía una gran ira, sentía caliente todo su cuerpo.
- Creo que tu hermanito no aguanta una pequeña batalla.. - Se escuchó la voz del causante de todo ese derrumbe.
- Pagarás muy caro esto, Yang Jungwon. - Apretó sus puños.
- Uy, mira como estoy temblando.
Hyunjin comenzó a desprender fuego de sus brazos y apuntó a donde se encontraba Yang.
- Que ardiente. - Dijo con descaro y burla en su detestable voz.
- H-Hyunjin, no lo hagas... - Minho le dijo en un hilo de voz.
- ¡Hazle caso a Minho! - Se escuchó otra voz, pero ahora lejos.. escuchaba voces en la lejanía, advirtiendole, pero no las escuchó más, y soltó una gran rafaga de fuego dirigida hacía el villano de toda su vida.
- ¡Hyunjin! - Fue la última vez que escuchó salir su nombre de los labios del gran amor de toda su vida.
Al momento de tirar fuego, no sabe lo que ocurrió, pero un gran portal se abrió y comenzó a absorber todo, incluyendolo a él junto con su medio hermano.
- Y eso que esto es solo el inicio... Gracias por dejarme al reino entero junto a tu querido Yongbok, espero que te diviertas a donde vayas sin él, Hwang. - Soltó una gran rísa, acompañada de la mirada llena de pena la cual pertenecía al menor de los Yang, eso fue lo que pudieron ver y escuchar antes de irse y caer en un lugar lejano a su dominio, un mundo totalmente desconocido.. Ambos perdiendo sus poderes.
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