Capitulo 4

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- Entonces al final no le dijiste nada?- Le dijo Denna a la pelirroja al día siguiente cuando se levantaron.

- No joder, no le dije nada.- Violeta estaba empezando a estresarse con toda esta situación.

- Deberías haberle dicho algo, y tú lo sabes, ella estaba intentando llevarse bien contigo por una vez en años y tú la mandas a la mierda. Genial Violeta, estoy orgullosa de ti eh.- Dijo Denna dando vueltas por todo el salón desesperándose.

A ninguno le gustaba la situación q tenían la pelirroja y la inglesa, pero sobretodo a Denna, Martin y Ruslana.

Ellos porque son los mejores amigos de las dos, e igualmente las quieren a las dos, y quieren lo mejor para ellas.

Los tres sabían que si en algún momento se daban una oportunidad y dejaban que la amistad creciese serían inseparables, pero ninguna de las dos quería aceptarlo.

- Mira Denna da igual, dejad de intentar que nos llevemos bien, lleváis haciéndolo años, y de que ha servido? De nada exacto.- Violeta también se puso de pie para empezar a dar vueltas por la casa también.

- Bueno mira, haced lo que queráis, pero te lo dijo muy en serio, ojalá pudieras ver lo maravillosa que es Chiara.- Dicho eso Denna se fue al baño dejando a la pelirroja sola en el salón de su casa.

Violeta después de esas palabras se quedó pensando un poco, pero no le dio muchas vueltas. Es verdad que todos sus amigos le habían dicho que Chiara era una chica estupenda y que tan solo escucharla hablar merecía la pena, pero ella no lo veía así, ella veía a una persona totalmente diferente a lo que ellos decían.

Después en una calle de Barcelona no muy lejana tenían una pelea parecida.

- Keeks tú misma sabe que no podéis seguir así, y te lo digo como tu amigo que soy.- Dijo un Martin preocupado y a la vez cansado de la situación.

- Que te crees que no lo sé Martin?!- La morena empezaba a desesperarse por todo, a consecuencia de eso elevó la voz.

- Oye pero relájate, Martin lo ha dicho con buena intención, no quiere presionarte a q hagas nada, solo te está diciendo lo que él cree Kiki.- Ruslana, q por raro que parezca, estaba más tranquila se acercó a Chiara y la empezó a tranquilizar.

A veces a la inglesa le daban ataques de ansiedad cuando se sentía presionada para hacer una cosa que ella tenía en su mente que no podía hacer.

En este momento se sentía así.

- Os lo digo de verdad yo he intentado acercarme a ella, es Violeta la que no quiere saber nada de mi, yo si le caigo mal a ella.- La inglesa empezó a sollozar y los otros dos se pusieron alerta.

- Rus ve a por agua.- Le dijo Martin mientras él se quedaba con la otra.

- Escúchame Keeks.- Ella seguía con la cabeza gacha conteniendo las lágrimas.

- Kiki mírame en serio.- Martin empezaba a desesperarse, no quería presionarla pero tenía que hacerle saber que estaban ahí.

Chiara era una chica que todo se lo guardaba para ella, nunca quería llorar, no quería que la viesen llorar, siempre quería tener una sonrisa para los demás.

Ella siempre estaba ahí para los demás cuando la necesitaban, pero quien estaba ahí cuando Chiara necesitaba a alguien?

Martin y Ruslana.

Ellos siempre la habían apoyado en todo, incluso cuando decidió que era una buena idea eso de alquilarse los tres un piso juntos sin pensar en la de cosas que conllevaría eso.

Porque tampoco es que los tres fueran súper ordenados, Ruslana era la que más, Martin también a veces, y Chiara lo intentaba.

Ellos la apoyaban en todo, y solo ellos sabían lo que le costaba expresar sus sentimientos, porque Chiara puede ser súper cariñosa, pero a la hora de expresarse de verdad, eso le costaba un montón.

- Chiara en serio, mírame.- Le dijo Martin haciendo que la otra levantase la cabeza.

- Yo se que Violeta no te odia, solo te tiene que conocer, sé que tendríais muchísimas cosas en común, te lo digo en serio.- Martin solo intentaba animar la situación, pero también sabía que él tampoco podía hacer mucho.

- Martin llevas diciéndome eso tres años, básicamente desde que la conocemos, entiendo que con vosotros haya encajado súper bien porque sois increíbles, pero yo a lo mejor no lo soy como vosotros siempre decís.- La ojiverde ya estaba rota, Martin se le quedó mirando pensando que decir.

Obviamente Chiara era increíble, pero eso ella no lo podía ver, por alguna razón siempre se rebajaba más de lo que era, y eso a Martin y Ruslana les molestaba mucho y también les dolía mucho.

Porque sabían como era su amiga, sabían lo especial que era y lo mucho que se merecía.

- Chiara Oliver Williams no vuelvas a decir que no eres tan increíble como decimos porque sabes perfectamente que eso no es verdad.- Dijo Martin mucho más serio que antes.

- Si fuese verdad ella también lo vería.- La pelinegra después de decir eso volvió a bajar la cabeza.

Y entonces llegó Ruslana.

- Escúchame bien ahora mismo Chiara.- Dijo la ucraniana haciendo que Martin y ella subieran la cabeza para mirarla.

- Como tú, pedazo de genio musical, vuelvas a decir en algún momento de tu vida que no eres tan increíble como decimos te juro que voy a casa de Violeta y la mato como te vuelva a hacer sentir así.- La inglesa iba a replicar pero la otra la cortó.

- Y escúchame, que nadie nunca más te haga sentir así, porque te juro que eres perfecta en todo lo que haces, y no es tu culpa que ella no lo quiera ver, no todo el mundo puede fijarse en alguien como tú y tener tan buen gusto.- Dicho eso Chiara sonrió levemente y soltó una mini carcajada haciendo que los otros dos se miraran sorprendidos.

- Muchas gracias chicos, sois los mejores, Marruski forever?- Preguntó la inglesa.

- Forever.- Dijeron los otros dos al unísono.

- Os quiero.- Chiara se sentía afortunada de tenerlos.

Y se sentía así porque lo era, porque eran los mejores amigos que podría haber encontrado jamás.

- Y nosotros a ti Keeks, así que por eso vas a dejar de llorar y vamos a comer unos buenos macarrones.- Dijo la ucraniana a sus dos amigos.

- Genial!- El de bigote y la pelirroja vieron que ya estaba más alegre así que se miraron entre ellos y sonrieron.

En el fondo ellos sabían que esa felicidad no le duraría mucho, hasta que volviese a ver a Violeta.

Porque Chiara llevaba enamorada de Violeta desde que la conoció, y nunca ha podido abrazarla ni llamarla con apodos cariñosos cuando ella querría estar todos los días pegada a ella y estar en sus mejores y peores momentos.

Pero no podía por una simple razón, Violeta odiaba a Chiara, o tal vez odiar es una palabra muy grande para lo que Violeta sentía.

No la odiaba, le gustaba verla, disfrutaba de ella cuando la escuchaba hablar de lo que fuese, pero eso ella no lo sabía, o tal vez si lo sabía pero nunca se había dado cuenta de esos detalles.

En realidad ninguna odiaba a la otra, se hacían las que si, pero porque pensaban que la otra si odiaba a la otra.

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