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Narradora omnisciente

Temari abrió los ojos con dificultad, necesita tomar agua urgentemente.

Se levantó con cuidado de no despertar al bicolor, solo lleva puesta una camiseta que le llega poco más arriba de las rodillas, no trae ropa interior y su bolso con ropa esta en la habitación de Rindou.

Se quedó parada en la oscuridad pensando qué hacer, no sabe si los menores ya han regresado.

-Temari vuelve a la cama -demandó el Haitani mayor cuando estira la mano a su lado y nota que su acompañante no esta.

- Ya levántate, ¿Cuántas horas al día duermes? -caminó hacia la persiana para abrirla.

- Las que sean necesarias, ahora trae tu sexi cuerpo aquí.

- ¿Escuchaste si nuestros hermanos regresaron anoche?

- No, cuando estoy dormido no me entero de nada -se restregó la cara con las manos-. ¿Por qué preguntas?

- Es que mi ropa está en la otra habitación.

- Y por qué quieres vestirte? -levantó la cabeza y se detuvo en la peli violeta-. Te ves bien así, de hecho ni siquiera deberías tener puesta esa cosa -señaló la camiseta-. Ven aquí conejita -señaló su entrepierna con una sonrisa pícara.

- No -caminó hacia la puerta y la abrió.

- Temari, trae ese lindo culo aquí!!

- Cierra la boca idiota

La peli violeta caminó hacia la otra puerta y la golpeó.

Nada.

Tomó el pomo y la abrió lentamente, la cama esta vacía, entró rápido, tomó su bolso y se metió al baño.

- Desnudaa -suplica mientras se levanta de la cama.

- No! -cerró la puerta y se cambió rápido.

Cuando terminó bajó a la sala y se encontró con el desastre que habían hecho la noche anterior, con la cara del mismo color que un tomate comenzó a recoger todo antes de que su hermana volviera.

- Yo me quedaré con esto -Ran apareció detrás de ella para sacarle las bragas que trae en la mano-. Linda conejita -susurró en su oído.

Temari siente un escalofrío recorrer su columna, lo mira de reojo y sigue con lo que esta haciendo.

Ran caminó hacia la cocina y recogió el sostén que la peli violeta había tirado la noche anterior, llenó y guardó la cubetera.

Cuando todo estuvo en orden otra vez, Temari caminó a la cocina y se sirvió un vaso de agua.

Mientras bebe recuerda todo lo que ha pasado, Ran besando su cuello y acariciando su espalda, sus besos... tan hambrientos y húmedos, la forma en que le hablo al oído mientras la follaba.

Un pequeño jadeó escapó de sus labios, y como si lo hubiera invocado, la respiración del bicolor impactó contra su cuello y dejo beso húmedo sobre su piel.

 𝑨𝒈𝒓𝒊𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆; Ran Haitani [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 #𝟭]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora