❝𝐕𝐨𝐥𝐮𝐧𝐭𝐚𝐝 | 𝐍𝐞𝐣𝐢 𝐇𝐲𝐮𝐠𝐚❞

❝𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝟎𝟏❞

La Uchiha estaba mirando por la ventana, el distrito de su clan manchado de sangre oor todas partes. Escuchó pasos acercándose, ella sabía de quién se trataba.

— Shiori, por favor cuida de mi hermano. — La voz del mayor temblaba, como si estuviera a punto de quebrar en llanto.

— Sabes que lo haré Itachi-san, pero no podemos levantar sospechas, tienes que hacer que parezca que intentaste matarme. — La menor de ya ocho años, se volteó y miró a los ojos del mejor amigo de su hermano. 

— Pero le prometí a Shisui-

— Yo estuve presente ese día, es por eso que te lo digo. No moriré y no será la última vez que nos veamos. Así que hazlo. — Sin necesidad de decir algo más, el azabache clavó su espada en el abdomen de la niña, atravesándola con una herida que no la mataría, pero que sin tratamiento tampoco la dejaría con vida. Creando la ilusión de que la dejó para que muriese lenta y dolorosamente.

La pequeña soltó algunas lágrimas por el dolor y escupió sangre, dejando un hilo de ella cayendo por sus labios. El chico la veía con pena, él no quería hacerle eso, ni a ella ni a nadie en ese distrito, sin embargo tenía que hacerlo. Para proteger a su amada aldea y evitar que se manchara el nombre de su clan.

[...]

La Uchiha salió de sus pensamientos al sentir la mano de uno de sus compañeros de equipo posarse en su hombro. Lo miró en silencio y siguió con su camino. Estaban en una misión después de todo. Una de clase B. No había espacio para distracciones.

Debían infiltrarse al país del agua en específico a una cueva, en donde se resgurardaba un pergamino que había sido robado por Kirigakure no sato, el cuál debían recuperar.

— Alto. Alguien se acerca — El sensei y líder de escuadrón, les advirtió justo cuando estaban saliendo de la cueva, dispuestos a regresar a Konoha con éxito en la misión.

— Shiori, invoca a uno de tus cuervos y mándale el pergamino al Hokage, que le expliquen la situación y soliciten refuerzos. No podemos permitirnos cometer ni un solo error — La niña de entonces once años, obedeció rápidamente a su sensei.

Justo después de enviar el cuervo, se escuchó una risa que les heló las entrañas.

— Pero miren que me mandó la hoja, un adolescente y tres mocosos. — Ameyuri Ringo, ninja de Kirigakure, miembro de los siete espadachines de la niebla, se erguía frente al equipo de genin con sus Kiba.

— Niños, detrás de mí, yo los protegeré — Las manos del sensei empuñaban una katana temblando, pero con firmesa.

El Jonin a cargo tenía miedo, pero no permitiría que aquella asesina pusiera un dedo sobre sus alumnos mientras él viviera.

La batalla fue horriblemente sangrienta, eso se notaba en como habían quedado los cuerpos de todos. Lo peor fue que, ninguno de ellos estaba muerto. Ameyuri solo jugó con ellos, dejándoles múltiples heridas que sangraban sin parar, sus cuerpos entumecidos por el Raiton en el que imbuía sus ataques.