Un nuevo hogar

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Anna fue amablemente a despedirse de sus amables señores los barones, la cuidaron mucho y permitieron que se quedase a lo largo de su vida al lado de su hija Lily, aprecio profundamente cada uno de esos días tanto así que gozo el amarla sin embargo era momento de dejarla ir para poder iniciar todo de nuevo por lo que el primer paso seria ir con su nueva señora, Élodie Rossi.

Al terminar su reverencia se retiro con una pequeña maleta hacia el carruaje de la hermosa gran duquesa, esta joven la estaba esperando con ansias para irse juntas, pero al percatarse del poco equipaje se sorprendió, pero era comprensible, Anna era una sirvienta en el lugar no tenía otro propósito más que servir sin embargo ella le daría un propósito y un deseo o, mejor dicho, algo que desear.

Élodie: Anna, espero que disfrutes tu estadía en la mansión.

Menciono cuando ya estaban en camino hacia esta dentro del lujoso pero elegante carruaje.

Anna: Cualquiera que sea la manera de vuestro patrocinio ante mi estadía me encontrare eternamente agradecida.

Élodie no pudo evitar reír ante las palabras de Anna, Anna aun la trataba como una gran señora mientras ella la trataba como una nueva amiga.

Élodie: Anna cualquier cosa al ya encontrarnos en la mansión que considerases diferente a lo habitual de vuestro ambiente por favor pregúntame, estaré encantada que me preguntes.

Anna solo sonrió y asintió ante la amabilidad de la gran duquesa, quien diría que seria tan dulce una mujer que aparentaba ser fría, distante y solitaria; no esperaría nunca algo como lo que ha visto en este poco tiempo que la ha conocido, pero extrañamente sentía que no era la primera vez que la veía, pero no sabía ni comprendía porque ese sentimiento al verla.

Al poco tiempo llegaron al gran ducado, era una gran mansión llena de oro y plata, cada una de las esquinas no eran visibles ante la vista normal, ella no imaginaba que existiese un ducado tan grande y menos que este llegase a ser su hogar en algún momento.

Élodie: Bienvenida a mi hogar, bueno ahora es nuestro hogar Lady Anna.

Élodie abrió la puerta del carruaje y le extendió la mano a Anna y está sumamente apenada salió del carruaje topándose extrañamente solo con sirvientas y unos pocos mayordomos los cuales eran contables con las manos, eso era extraño ya que los otros nobles tenían por igual.

Todos fueron amables con la gran duquesa y con Anna, sin embargo, Anna veía extraño el ambiente de la mansión ya que todos hablaban cómodamente con la señora, parecían amigos y la duquesa no se molestaba ante ello.

Así paso el día hasta que Élodie lleva a Anna a una habitación completamente grande y le sonríe con esa dulce sonrisa característica que le había mostrado con anterioridad.

Élodie: Anna, esta será tu habitación, es la habitación más grande después de la mía y cualquier cosa que desees puedes ir a la habitación que se encuentra del lado derecho a la tuya, es la mía. Deseaba que estuvieras al lado mío para poder tenerte junto a mi y poder ayudarte en todo lo que solicites y requieras.

Anna: Estoy sumamente agradecida por el gran honor que tengo al encontrarme al lado de la gran duquesa.

Le dio una reverencia, pero Élodie la detuvo antes y solo le dio un beso en la mano como si de un caballero fuese.

The Garden of AnnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora