Taehyung despertó por el olor a café que entraba a su cuarto, una gran sonrisa se formó en sus labios y abrió los ojos. Bostezó, se levantó y se estiró poniéndose una bata.
— Mi amor, huele delicioso el café. — se acercó abrazando de la cintura a su pareja y besando su cuello. — Tú también hueles delicioso.
— Mejor ve a despertar a los niños. — se giró dándole un corto y tierno beso en los labios.
Taehyung sonrió, asintió y le devolvió el beso, caminó al cuarto de sus dos pequeños hijos.
— Despierten, el desayuno esta listo. — se acercó a su pequeño dándole un beso en la frente y se dirigió a la cuna de su princesita para cargarla.
Beomgyu abrió sus ojos y bostezó.
— Yo también quiero que me cargues. — dijo haciendo un puchero y estirando sus brazos.
Taehyung lo miró y se rió.
— Esta bien, papá te va a cargar a ti también. — se acercó y lo cargó.
Eunchae miró a su papá y a su hermano con una gran sonrisa.
Taehyung sentó a sus pequeños en sus sillas para niños.
— Hoy visitaremos a sus tíos.
— ¡¡Si!! — dijeron los pequeños al unísono.
Taehyung sonrió al ver a su familia, hace ocho años no se hubiera imaginado que tendría esta hermosa familia y que sería así de feliz.
Seokjin servía el desayuno mientras Soobin ponía la mesa.
— ¿Puedo ir a ver a mis primos? — lo miró.
— Si, yo voy a dejarte.
— Tu también puedes venir… ¿lo sabes, verdad? — dijo bajando la mirada.
Seokjin lo miró y sonrió con ternura.
— Lo sé, mi pequeño, pero mi presencia ahí es un poco incómoda.
— Quiero que estés ahí conmigo. — suspiró. — Me haces falta ahí.
— Esta bien, lo que sea por ti. — lo abrazó besando su cabeza.
— Gracias, papá. — correspondió el abrazo.
Namjoon dormía en el sofá abrazando a la persona encima de él.
Jimin observó la imagen decepcionado, estaba harto de que todos los fines de semana fuera lo mismo.
Odiaba que su esposo y su hijo se desvelaran jugando videojuegos o viendo películas.
Siempre lo hacían los cuatro juntos, pero a cierta hora el y su pequeña hija se cansaban y se iban a dormir mientras que Namjoon y Yeonjun se quedaban ahí hasta el día siguiente, así que todos los sábados despertaban en el sillón.
— ¿Volvieron a dormirse en el sillón? — dijo con voz somnolienta.
— Si, tu papá y tu hermano son un caso perdido. — suspiró.
Chaewoon los miró y asintió.
Jimin le dio un beso en la mejilla a su pequeña.
— ¿Dormiste bien?
Chaewoon sonrió y asintió.
— ¿Me ayudas a preparar el desayuno?
— Si, papá.
Jimin sonrió y con ayuda de su pequeña prepararon el desayuno.
Jungkook dormía en la gran cama con sus mellizos abrazándolo.
Hoseok entró al departamento, limpió un poco y preparó el desayuno.
Al terminar fue al cuarto a despertarlos.
— Dormilones, despierten o se van a enfriar los panqueques que les preparé. — los movió con delicadeza.
Jungkook abrió los ojos y lo miró.
— No tienes que venir todos los días a verme, yo puedo hacerme cargo de todo. — se sentó en la cama tratando de no despertar a sus pequeños. — Aún así gracias por todo lo que haces por mi.
— Lo sé, pero no me gusta dejarte solo.
Sunwoo y Yunjin despertaron y saltaron a abrazar a Hoseok.
— ¡¡Tío favorito!! — dijeron al unísono.
Hoseok se rió y los abrazó fuerte.
— Les preparé unos ricos panqueques, así que vamos a que desayunen. — sonrió y los bajó de la cama.
Sunwoo y Yunjin se bajaron y corrieron al comedor.
— Tengan cuidado. — dijo en voz alta.
— ¿Estás bien? — tomó sus manos.
— Si, no te preocupes. No tienes que venir todos los días a cuidarnos. — dijo serio. — Yo puedo cuidar de mi y de mis hijos.
— Lo sé, pero tu hace tiempo atrás me cuidaste mucho, ahora me toca a mi cuidar de ti y de mis sobrinos.
Jungkook lo abrazó fuerte.
— Gracias por ser mi 911. — susurró.
— ¿Sabes que siempre estaré para ti, verdad? — acunó sus mejillas con sus manos y juntó sus frentes.
— Y yo siempre estaré para ti. — sonrió y lo abrazó.
Ambos se levantaron y se sentaron en el piso con los pequeños que comían sus panqueques y su fruta.
— Coman, yo ya desayuné.
Jungkook miró a su alrededor y soltó una risa.
— No tenías que limpiar. — comenzó a comer.
— Con un gracias bastaba.
— Hoy vienen todos a la cafetería y mis pequeños monstruos están muy emocionados y felices de ver a sus tíos y primos.
Los pequeños sonrieron grande.
Hoseok los miró enternecido y con nostalgia.
— Extraño a mis bebés. — hizo un puchero.
— Ve con ellos, al rato nos vamos a ver.
— Esta bien, pero Jimin y Namjoon vendrán a verte y para ayudarte.
Jungkook lo miró con cierta desaprobación, pero asintió.
Sabía que ellos solo querían apoyarlo y ayudarlo, lo entendía y apreciaba mucho eso, apreciaba tener a gente tan buena a su alrededor cuidándolo.