𝐎𝐍𝐋𝐘 𝐔𝐒 ⁵ | jacob black

¿𝐍𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐞 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨 𝐭𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞́𝐧?

Capítulo siete: ¿No sientes ese miedo también?

Irme a trabajar al hotel ese día fue una decisión difícil, pero necesitaba despejarme. La atmósfera en casa estaba cargada de tensión y angustia, y sentía que el aire se volvía denso cada vez que pensaba en Bazel y en todo lo que había ocurrido. Cada rincón de la casa parecía estar impregnado de incertidumbre, y necesitaba un respiro, un espacio para intentar ordenar mis pensamientos.

Comentarle a Sam lo que había sucedido fue complejo, según nos dijo Leah. No se lo tomó bien, esa era la realidad. Su rostro se había endurecido al escuchar la noticia, y su silencio pesado había hablado más fuerte que cualquier palabra. Sabía que la llegada de la manada de los Apalaches a nuestro territorio ya era problemática, pero ahora, con un miembro imprimado de alguien de su familia, de mí, la situación se complicaba aún más. Sam no podía simplemente echarlos, por mucho que quisiera. La imprimación era un vínculo que no podía ignorarse ni romperse.

Le pedí a Jacob que no le contara nada a los Cullen por el momento y que esperara a que yo pudiera comprenderlo del todo. Necesitaba tiempo para procesar, para entender lo que significaba tener a alguien como Bazel imprimado de mí. Jacob aceptó a regañadientes. Me dijo que iría a cazar con Renesmee, buscando distraerse y encontrar algo de calma en medio del caos. Ella era la única que podía apaciguar sus emociones en una situación tan desesperante.

Mientras me dirigía al hotel, el trayecto me pareció más largo de lo habitual. Mis pensamientos seguían regresando a Bazel. Su mirada intensa, la conexión inexplicable que sentía cuando estaba cerca de él. Todo esto era nuevo y desconcertante. No podía sacármelo de la cabeza, y la confusión solo aumentaba a medida que intentaba encontrar respuestas a preguntas que no sabía cómo formular.

Llegar al hotel fue un alivio momentáneo. El bullicio del lugar, con sus huéspedes entrando y saliendo, me ofrecía una distracción bienvenida. Intenté concentrarme en mis tareas, enfocarme en las cosas prácticas, pero Bazel seguía presente en el fondo de mi mente. Cada vez que tenía un momento de tranquilidad, su rostro aparecía, y con él, una avalancha de emociones que no sabía cómo manejar.

Mi jefe notó mi distracción y me preguntó si estaba bien. Le respondí con una sonrisa forzada y una excusa sobre no haber dormido bien. No podía contarle la verdad, ni a él ni a nadie en el hotel. Este era un mundo que no podían comprender.

La jornada en el hotel se hizo eterna; cada minuto parecía alargarse en una tortura lenta y constante. Intenté concentrarme, pero mi mente estaba ocupada en autosabotearme, haciéndome sentir la abrumadora presión de ser el centro del mundo de alguien a quien no conocía. ¿Qué significaba esto para mi relación con Jacob? ¿Cómo podría manejar estos nuevos sentimientos que ni siquiera comprendía del todo? Me sentía dividida entre la lealtad hacia Jacob y la inexplicable atracción hacia Bazel. Era como si una parte de mí se hubiera despertado, una parte que no sabía que existía y que ahora exigía ser escuchada.

Las tareas habituales del hotel, que normalmente me distraían, hoy solo eran un fondo lejano ante el tumulto de mis pensamientos. Atender a los huéspedes, resolver pequeños problemas y coordinar al personal se sintieron como meras sombras de mi realidad

Al final del día, mientras recogía mis cosas para irme, sentí una mezcla de alivio y temor. Alivio porque la jornada había terminado y temor por lo que me esperaba al regresar a casa. Tenía que enfrentar a Jacob, encontrar una manera de explicar lo inexplicable, asegurarle que nada cambiaría entre nosotros, aunque en el fondo sabía que todo ya había cambiado.

Salí al exterior, respirando el aire fresco de la tarde. El cielo comenzaba a oscurecerse, y las primeras estrellas se asomaban tímidamente. Me detuve un momento, cerrando los ojos y tratando de encontrar un poco de paz en la brisa fría que acariciaba mi rostro. Pero la tranquilidad duró poco.