Secrets

1. Una buena vida.

Los viernes en la ciudad todo era un completo caos, tal vez lo era todos los días pero el rubio solo iba al centro los viernes. Especialmente hoy había decidido quedarse en la cama 5 minutos más y un par de minutos extra en el agua. Por lo que para este punto ya debería haber echo esperar a su padre unos 20 minutos. Nadie nunca hacía esperar a su padre.

Así que en el momento en que cruzó la puerta de aquel restaurante ya se había hecho a la idea de que probablemente comería solo. Sin embargo, cuando se encontró frente a su mesa, tuvo la sensación de estar viviendo en una simulación y justo hoy, esta presentaba una falla terrible. Su padre le esperaba en su mesa, estaba claramente desesperado pero no se veía especialmente molesto.

— Hola, lamento haberte hecho esperar.

El hombre solo sonrío como si aquello no fuera importante. Ethan ordenó lo mismo que su padre solo para no hacerlo perder más tiempo, cuando la comida llegó se arrepintió un poco, pero necesitaba que Jules estuviera contento, y parecía que así era.

— ¿Porque te retrasaste?

Ethan miró a su padre directo a los ojos, tenía una sonrisa amigable pero aquella era la clase de pregunta que definía todo en una entrevista de trabajo. "Al mal tiempo darle prisa" pensó el más joven.

— Estaba un poco cansado del entrenamiento de la semana y me tomé todo con un poco más de calma.

— Tal vez deberías entrenar de forma menos intensa.

— De hecho hice todo lo contrario, llevo todo el mes con mi antigua rutina, por eso estoy algo cansado.

Su padre dejó de comer y lo miró. Al parecer toda su tranquilidad inducida por terapia estaba por desaparecer pero se contuvo unos segundos más.

— ¿Fue esto idea de tu entrenador?

— Claro que no, tuve que convencerlo por todo un mes antes de que me dejara hacerlo.

Su padre se atragantó un poco, estaba molesto pero al mismo tiempo orgulloso de que Ethan fuera tan obstinado como él.

— Deberías escuchar a tu cuerpo y bajar el ritmo.

— Disfruto mucho pasar tiempo entrenando.

— Me alegra escuchar eso.

Su padre le dio una sonrisa sincera y volvió a su plato. Ethan podía esperar, seguramente habría un mejor momento en la cena, pero decidió soltarlo ahora.

— Le pedí a mi entrenador volver a mi rutina anterior, antes del accidente, pero dijo que necesitaba que tú se lo pidieras.

Jules puso sus cubiertos sobre la mesa y se limpió con su servilleta. Ethan conocía a su padre, y estaba pensando muy bien lo que iba a decir.

— Lo siento pero eso no va a pasar.

— ¿Porque exactamente?

— Por múltiples razones Ethan es un milagro que hayas podido volver al agua tan rápido y definitivamente tu cuerpo lo está resintiendo, aún no estás listo. Además volverás al escuela en un par de meses y necesito que estés concentrado en eso, aún tienes mucho trabajo que hacer para que tu cuerpo se acostumbre y no podrás manejar la presión de la escuela al mismo tiempo que tu cuerpo colapsa por tus entrenamientos.

— Ya lo resistí por un mes puedo aguantar 2 días más en la semana. A este punto prácticamente me he recuperado.

— ¿2 días más solamente?

— Por los primeros 6 meses.

Agregó en un tono más bajo. Su padre negó con la cabeza.

— No pasará. Lo siento, puedes retomar ese ritmo para primavera, si logras que la escuela funcione, lo cual no debe ser un problema ya que estás tan recuperado.