regalo de cumpleaños

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Messi pasó las últimas horas de la tarde con Antonella, el amor de su vida, y sus niños, su gran felicidad, en la orilla del mar, con una sonrisa que se le quedó grabada en el rostro con un sentimiento de amor incondicional en su corazón.

Cada segundo que está junto a su familia agradece a Dios por haberlo llevado hasta ese momento.

Ya los últimos rayos de sol se escondían y un velo oscuro apareció en el cielo.

Los niños se quedaron en sus habitaciones mientras que Antonella y él dieron una última vuelta por la playa, abrazándose y besándose. Se dio un último baile en una discoteca cercana, enredándose entre sus brazos, con el mismo cariño de hace 20 años, con la misma intensidad de cuando eran jóvenes.

Fue un cumpleaños perfecto. No podía ser mejor, y no podía pedir más.

Ya en la cama con su mujer, con un beso de buenas noches, estaba apuntó de dormir hasta que decidió fijarse en su celular y notó un mensaje de Beckham.

El argentino alzó una ceja con extrañeza, ya que usualmente David nunca deja mensajes tan tarde.

“¡Un amigo especial te desea feliz cumpleaños!” decía el mensaje y debajo se encontraba un archivo.

¿Amigo especial? En lo que a Messi respecta, solo Sergio Agüero entraba en esa categoría, así que no podía imaginar quién podría ser; aunque tampoco fue capaz de preguntarle quién era, por lo que solo descargó el archivo, confiando en el inglés.

Era un video, en la imagen de presentación del archivo se vio la cara de nada más y nada menos que Cristiano Ronaldo.

Él mismo Cristiano Ronaldo del Real Madrid. El mismo Cristiano Ronaldo que fue botado del Manchester United. El mismo Cristiano Ronaldo que se fue llorando en el mundial de Qatar. El mismo Cristiano Ronaldo que terminó en Arabia Saudita, triste y decepcionado.

El mismo Cristiano Ronaldo que le estaba sonriendo en la pantalla de su celular.

Simplemente no se lo creía. No podía creer que el portugués le haya mandado un saludo por su cumpleaños, considerando todos estos años siendo rivales. Además nunca habían hablado personalmente por teléfono.

No lo odiaba, nunca lo hizo, de hecho siempre quizo acercarse al portugués,  pero su timidez no lo permitió. Hace varios años el hombre había estado rondando en su mente, como una obsesión, sin embargo, con el tiempo supo que debía borrarlo de su cabeza o nunca podría vivir bien.

De todas formas, era una sensación extraña verlo tan animado.

Quizás fue hecho con inteligencia artificial, con toda la innovación de la tecnología de la actualidad. Quizás era una broma por parte de Beckham.

Messi no podía saberlo.

Solo estaba visualizando el rostro sonriente del portugués en la pantalla, luego se dio cuenta de la duración.

¿15 minutos para una felicitación? Messi no se sentía seguro con nada, pero aún con eso, el argentino conectó sus auriculares, para no despertar a su esposa, y le puso play al video.

La imagen se enfoca primero en el rostro de Cristiano. Está en una habitación bien iluminada, con su característico peinado impecable y una sonrisa juguetona en los labios.

—¡Hola, Leo! —saludó Cristiano, con un tono que mezcla seriedad y un toque coqueto—. ¿Todo bien? Espero que estés teniendo un día fantástico, porque ya sabes, es un día especial y quiero asegurarme de que sea aún más memorable para ti.

Messi arqueó una ceja, intrigado. Cristiano continuó, mirando directamente a la cámara, sus ojos brillando con un destello de picardía que hacían palpitar el corazón del argentino con fuerza, quizá por la ansiedad de saber lo que vendría. ¿Qué era esa forma de mirar?

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⏰ Última actualización: Jun 25 ⏰

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