Hanbin bajo la mirada para observar el hermoso desastre debajo suyo, bajo su pesada respiración apenas podía ver, la noche estaba fría pero la piel debajo de sus manos tibia. Sus dientes, su lengua y sus labios habían recorrido todo lo que estaba a su disposición, las mordidas hambrientas habían llenado de marcas el lienzo blanco debajo suyo.
Esa respiración tranquila y acompasada, casi extinta, le decía a Sung Hanbin que estaba siendo encantado por un demonio.
—¿No vas a morder más? —el pequeño susurro de Zhang Hao debajo suyo lo saco de su ensueño, Hanbin asintió casi ido, luego, se agachó a la altura del cuello del mayor.
Hanbin encajó sus dientes con tanta fuerza que rompió la piel debajo de su boca, el frágil cuerpo en sus brazos se arqueó y esa dulce boca dejo salir un gemido placentero.
El cuello de Zhang Hao era un desastre, habían tantas pequeñas manchas ensuciando su piel, los moretones dolían y la sangre seca había pintando un paisaje entre heridas, sin embargo, a Hanbin no le importó abrir un agujero más en su maltratado cuello, dejando salir la poca sangre que podía. Bebiendo cada gota y llorando en silencio por la que desperdiciaba al caer sobre las sábanas de la cama.
Ninguno de los dos sabía cómo es que su relación había terminado así, pero ambos sabían muy bien el por qué.
Ambos cuerpos tenían marcas y cicatrices, Hanbin tenía muchas heridas recién hechas por toda su espalda, sus brazos tenían las marcas de Zhang Hao e incluso su cuello también estaba manchado con su propia sangre.
Se suponía que eran amigos, que Sung Hanbin y Zhang Hao eran simplemente dos universitarios que estudiaban juntos, que tenían muy poco en común y se llevaban bien.
Pero terminaron en esto.
El deseo salvaje dentro de sus cuerpos era imposible de eliminar, la manera en que sus mentes se apagaban y su modo de supervivencia se activaba al estar juntos.
Sung Hanbin y Zhang Hao se deseaban, pero no sexualmente.
Hanbin solo deseaba comerse cada pedazo del cuerpo de Hao y el otro deseaba beber toda la sangre que circulaba por sus venas.
No había sentimientos entre ellos, por eso solo se veían para "comerse".
Se confiaban demasiado, aún cuando no eran nada y eso ambos lo tenían muy claro.
Hanbin sabía que Hao podría perder el control y matarlo a mordiscos, pero él también sabe que en cualquier momento reclamaría la vida de Zhang Hao mientras estaba debajo suyo. Beber su sangre era adictivo, saborear la piel de ésta manera diferente lo es también, saber que puede abrir el cuerpo en sus brazos, que puede devorar y probar todo a su alcance...
—Maldición, Hao, quiero comerte —Hanbin gimió despegándose de la herida en el cuello debajo suyo, la sangre bajó espesa por sus dientes.
Zhang Hao no perdió detalle de eso, observó su propia sangre bajar desde la boca hasta el cuello de Hanbin, manchando y pintando todo con el color rojo vivo... Su sangre era tan brillante, el color escarlata tan fuerte, era poco diferente al tono de Hanbin, porque la sangre del coreano era más clara, el color no era tan fuerte.
Pero el sabor...
—Hazlo —Hao se levantó en la cama, empujo a Hanbin hasta la cabecera y se acomodó en su regazo—. Cómeme, Hanbin.
—Los amigos no son comida, Hao Hao... —Hanbin sonrió mientras acurrucaba el cuerpo de Zhang Hao encima suyo, luego, sacó su lengua para lamer la mejilla del mayor—. Pero, ¿somos amigos?
—Por supuesto que no, Hanbin —Hao lo miro a los ojos antes de hablar—. Soy tu alimento —levantó uno de sus brazos y acaricio la piel de la mejilla de Hanbin, amando el brillo salvaje en sus ojos, sus gruesos labios llenos de sangre que comenzaba a secarse y el olor metálico era demasiado fuerte como para marearlo—. Desde que nos conocimos... Desde que perdimos el control en esa vez en el baño... Yo siempre supe que sería tu comida, Hanbin.
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bon appetite ♡ haobin
Random★ : historia adaptada, créditos a su autor/a original. inició: 25/06/24. terminó: 25/06/24.