♡《 ¡𝑶𝒉!, 𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑳𝒐𝒗𝒆 》♡ ↧ ❉ 𝑲𝒆𝒏 𝑲𝒂𝒏𝒆𝒌𝒊 𝒙 𝑻𝒖́❉

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—Kaneki ¿cómo va todo?—

—Ehh...La verdad creó que me estoy acostumbrando, gracias por ayudarme—

—Vamos no es nada, no se exactamente la desesperación que sientes por comida pero lo que he visto me basta. Me alegro mucho verte feliz—

—Esa felicidad la terminé de expresar en un abrazo que dí al peli negro, logré sentir como su respiración se puso más agitada y su corazón más acelerado—

—Kaneki...¿Está bien?—

—C-claro solo recordé...Lamento no haberte escuchado antes, sobre Rize—

—Ese nombre de escucho tan bajo pero fue lo suficiente como para oírlo, solo alejé mí rostro mirando el ojo de esté—

—Lo importante es que aprendas a vivir así, solo importa eso Kaneki...Olvida lo que pasó con ella—

—De un momento a otro impulse mis labios besando al chico, sus ojos se pusieron en blanco por aquel acto que al separarnos era evidente su asombro y sonrojo—

—T/n...—

—Desde que te conocí...Me gustas, Ken kaneki—

—Huh...Auch mí cabeza—

—Abrí mis ojos notando como me encontraba acostada en mí cama, era de noche y la habitación se encontraba solo con el brillo de la luna—

—Despertaste...—

—¡Ehh!—

—Esa voz me hizo mirar a su dirección, llevaba ropa negra, una camisa de cuello sin mangas y un pantalón ajustado con zapatos altos, su rostro estaba en la oscuridad haciéndome imposible ver—

—¿Q-quién eres...Por qué me trajiste acá?—

—Esté es tu departamento, no han cambiado algunas cosas, supongo eso es bueno no me siento raro—

—Esté comenzó a caminar a la cama dejándose sentar frente mío, aquel rostro lo reconocí al instante quedando un poco sorprendida—

—T/n...¿Estás bien?—

—Dijo quitando el cabello de mi cara y acariciando mí mejilla con su cálida mano—

—¿De verdad eres tú, Kaneki?—

—Perdón por demorarme en salvarte, y por golpearte...Solo quería protegerte, sabía algún día vendrían por tí—

—Kaneki...¿En qué metiste, dónde estuviste esté tiempo?—

—Espera cálmate linda, no importa en qué estoy metido o donde estuve... Siempre estuve vigilandote desde lejos—

—Eso sonó un poco alarmante y mí rostro lo reflejó, no puede evitar tocar su mano mientras quedaba sentada frente a él—