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El Baku se hacía cada vez más grande a medida que devoraba las inmensas pesadillas, su forma se volvía más imponente y aterradora con cada inhalación. Los buenos sueños, atrapados en la enmarañada tela de los atrapasueños, parecían quedar olvidados, desvaneciéndose en la oscuridad de la noche onírica.
Okita y Nostradamus observaron cco preocupación esta transformación.
- Mira Dijo Okita, señalando los atrapasueños con el dedo - Aparentemente, los omamori eran más importantes de lo que parecían. No solo protegían de las malas influencias, sino que también mantenían un equilibrio en los sueños...
Nostradamus soltó una risa, claramente encantado por la vista del enorme Baku en acción. - ¡Esto es increíble! Ver a un yokai en un sueño... es una oportunidad única.
Okita frunció el ceño, irritado por la despreocupación de su compañero de sueños. - Hemos perdido los omamori y mira lo que está pasando. ¿Realmente te parece tan genial?
Nostradamus se encogió de hombros, pero su sonrisa no desapareció. - Sí, en cierto modo. Aunque entiendo tu preocupación. Este fenómeno es fascinante. Pero tenemos que resolverlo, eso está claro.
Mientras seguían al Baku, notaron que dondequiera que el yokai visitaba un atrapasueños, plantas carnívoras comenzaban a brotar del suelo, alimentadas por la energía negativa de los sueños atrapados. Las plantas eran enormes, con hojas afiladas como cuchillas y flores que se abrían para revelar bocas dentadas. El paisaje se volvía más siniestro a cada paso.
- Esas plantas... Murmuró el Japones, mirando con asombro las criaturas vegetales - Crecen a medida que el Baku visita los atrapasueños. Está convirtiendo este lugar en un campo de pesadillas.
- El Baku está amplificando las pesadillas y liberándolas en el entorno a uno hostil... Dijo Nostradamus, su tono ahora más serio - Necesitamos encontrar una manera de revertir esto. Tal vez podamos usar la misma lógica de los atrapasueños y los omamori para contrarrestar el efecto.
La tensión en el aire era obvia. Cada paso que daban los llevaba más profundamente en el corazón del misterio. El Baku seguía su voraz camino, ignorante de los dos visitantes en su sueño. Okita y Nostradamus sabían que el tiempo se agotaba y que cada momento que pasaban en esta pesadilla aumentaba el peligro para todos en el panteón.
El aire estaba cargado de una energía pesada, casi opresiva. La luz era extraña, fluctuante, con sombras que se movían de manera antinatural. Sentían el pulso del sueño, una realidad cambiante que respondía a la presencia del Baku y su influencia.
- Tenemos que actuar rápido. Dijo Nostradamus, mirando a su compañero - Si no detenemos al Baku, estas pesadillas acabarán por consumirnos a todos, tanto en el sueño como en la realidad.
- Entendido Respondió apretando la empuñadura de su espada con fuerza - Vamos a encontrar una solución, cueste lo que cueste.
Con esa resolución, los dos se prepararon para enfrentar al Baku y desentrañar el misterio de los sueños que amenazaban con destruir la paz del panteón. Las criaturas oníricas seguían creciendo, alimentadas por el caos, pero los humanos estaban decididos a enfrentarlas y restaurar el equilibrio perdido.
