capítulo cuatro

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en donde camavinga decide tomar el control de la situación y envía en secreto una solicitud de seguimiento a nicole desde el teléfono de jude.

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GABRIELA DE GOES SE LLEVÓ una palomita a la boca. Después, rodó por la cama mientras gruñía.

Meu deus, Nicole, estoy muerta de calor.— protestó.

La morena le pasó el abanico, aunque pronto se arrepintió cuando a ella le empezaron a caer goterones de sudor por la frente. Intentó recuperarlo con ansia pero Gabi no se lo daba, así que tuvo que ir hasta su estantería y coger una libreta para abanicarse.

Era septiembre, y el termómetro marcaba 34 grados en la capital de España. El hecho de no tener playa implicaba refrescarse en la piscina, y si no se tenía una, pues poco se podía hacer.

—No va el aire, no va el ventilador, la piscina está en obras... — Nicole dramatizó— Dios mío, solo nos queda coger agua de la nevera y echárnosla por encima, ¿dónde coño estamos? ¿En el sahara?

—Parece.— Gabi opinó.

Se pasaron unos minutos en silencio, después la brasileña se levantó.

—Ey, ¿a dónde vas?— Nicole inquirió.

—No aguanto más, Nicole. Yo me voy a mi casa, aunque sea me refresco con la manguera.— cogió su bolso— Si quieres venir estás invitada, pero yo me voy.

Nicole enseguida se acomodó, tratando de frenar a Gabi.

—Espera, espera.— se paró en la puerta— Voy contigo, pero, ¿crees que puedan venir tus padres a buscarnos? Creía que estabas aquí porque estaban fuera.

—Es verdad...— Gabi se acordó, sentándose de nuevo en la cama. Se palmeó la frente, llamándose inútil en mil idiomas— Pues alguien tiene que llevarnos.

—¿No puedes hablar con Rodrygo?— Nicole insinuó, mordiéndose el labio con duda, y es que ninguno de sus padres era una opción.

Su madre era odontóloga, así que estaba en el trabajo todo el día, y su padre tenía un concesionario de coches que también requería de su presencia casi las 24 horas.

¿Y Brahim? pensaréis.

Creo que no hace falta decir que ni de coña se veía llamando a Brahim para pedirle este favor, menos después lo que pasó durante el último Clásico, es decir, desde su beso con Jude.

La vuelta a casa fue dolorosamente incómoda, con Brahim diciendo barbaridades, su madre restándole importancia, y las hermanas flipando en colores, mirando a uno y al otro mientras discutían por gritos. Menos mal que el padre no estaba en aquel momento, sino arde Troya.

En definitiva, Brahim seguía mosca con ella. Habían pasado tres días y el cabreo no se le pasaba, así que Nicole lo pensó bien, poniendo a "enfrentarse a Brahim" y "bañarse en la piscina" en una balanza.

KISS, JUDE BELLINGHAM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora