Chapter One

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"Hija, aquí esta el vestido para la noche." Lo dejo su madre en su cama.

"Gracias." Su madre al no escuchar más salio de la habitación.

Era el cumpleaños de Natalia, sus padres organizaron una gran comida con sus socios, pero no la dejaron invitar a ninguna amiga, algo de lo más estupido.

Natalia se levanto a ver el vestido, negro y entallado pero elegante, era un vestido para una evento formal, pero facilmente podia pasar desapercibido en un antro.

Apreto los labios y sin más se volvio a sentar en su tocador para terminar su maquillaje.

Pocas horas pasaron y ya se encontraban en la cena de negocios de sus padres. Ella estaba sentada sola en la mesa mientras sus padres saludaban a algunas personas.

Su copa estaba entre sus manos mientras la movia, viendo como el vino iba de un lado a otro, deseando estar en cualquier otro lugar que no fuera ese.

Y como si el universo hubiera leído sus pensamientos, su celular vibro, lo tomo y contesto.

"NAT, VEN A LA UBI QUE TE VOY A PASAR, DE VERDAD ES LA MEJOR FIESTA." No le dio tiempo de saludar cuando escucho a su amiga Stef gritar.

"No puedo... Estoy en la comida que hicieron mis papás." Contesto desanimada.

"NO IMPORTA AMIGA, VENTE PARA ACA, ELLOS NI CUENTA SE VAN A DAR, ADEMÁS ES TU CUMPLEAÑOS." Volteo a ver a sus padres, quienes hablaban animadamente con algunas personas. Mordio su labio considerandolo seriamente.

"Pasame la ubi" Escucho a su amiga gritar de emocion.

A los pocos segundos colgaron, con cuidado y sin hacer escándalo se levanto de la mesa y encontró
la manera de salir, fue a su carro y empezó a manejar. Se metió a un callejon que segun el navegador, haría que el camino se recortara un poco.

Su mente solo estaba nublada del regaño que le darían sus padres al día siguiente.

De repente, el carro freno en seco haciendo que rebotará ligeramente en su asiento.

"Ugh." Recargo la cabeza en el volante antes de bajar del carro para ver que pasaba.

Su llanta se había ponchado, pero no tardo mucho en darse cuenta que fue por unos clavos que había en el suelo, algo así como si fuera esto planeado.

"Ay, no es cierto." Susurro y saco su celular, se dio la vuelta para volver al carro pero sintió como la sostenían mientras le ponían un trapo.

Forcejeo pero al final todo fue en vano, pues su vista empezaba a nublarse y finalmente se desmayo.

___

Se desperto atada en una silla y con una cinta en la boca. Echo su cabeza para atras sabiendo que ni haciendo la mayor fuerza podría liberarse de ahí.

El miedo se apodero de ella cuando escucho como abrían la puerta, un hombre se acerco a ella. Era alto, rubio y con ojos marrones.

Se acerco a ella y empezo a desamarrar sus pies.

"La señora Isabel quiere verte." Deshizo el nudo de sus pies. "No seas estúpida, no intentes escapar ni gritar porque te va a ir mal." Quito la cinta agresivamente de su boca y jalo su pelo haciendo que echara la cabeza para atrás. "¿Me escuchaste idiota?"

"S-si." Tartamudeo y dejo escapar un quejido de dolor cuando solto su cabello.

La jalo del nudo de la cuerda que tenia en sus manos por toda la mansion hasta que llegaron a un cuarto donde en el balcón había una mujer con un vestido elegante fumando mientras veía una de tantas estatuas de la Santa Muerte que habian.

"Aqui esta jefa." La señora volteo y vio a la chica.

"Sueltala y desamarrale las manos." El hombre hizo lo que le pidió. "Vete."

El hombre salio de ahí e Isabela tomo asiento en un sillon.

"Siéntate." Natalia tomo asiento en el sillon de enfrente. "Natalia Herrera, ¿verdad?"

"Si." Contesto nerviosa.

"Te pusiste muy bonita." Tiro un poco de ceniza de su cigarro en el cenicero. "Hoy es tu cumpleaños."

La pelicastaña asintio con la cabeza.

"Por favor dejeme ir." Pidio con las lagrimas amenazando en salir de sus ojos. Isabel nego con la cabeza.

"Si tus papás no fueran traicioneros no estuviera pasando nada de esto. Pero mira, lamentablemente te toco pagar a ti sus estupideces."

Natalia nego con la cabeza mientras lloraba. Tenia mucho miedo.

"No se de que me habla, pero por favor, dejeme ir. Yo no tengo nada que ver con esto."

"¿No sabes de que te hablo?" Preguntó sarcásticamente pero con el tono serio. "Los pendejos se fueron con el cartel contrario y me entregaron a la cárcel. A mi y a mi esposo.

"Mis papás no trabajan con el cartel, creo que se esta confundiendo de persona." Limpio sus lagrimas. "Ellos son empresarios, no estan metidos en malos pasos." Isabel solto una risa nasal.

"¿Empresarios? No. Ellos son traficantes." Le dio una calada a su cigarro. "¿De donde crees que salen tanto dinero y lujos? ¿De trabajo honrado?"

Natalia quedo totalmente fría al escuchar eso. Sus padres le habían estado mintiendo todo el tiempo. Ella siempre estuvo en riesgo.

"Mientras tú naciste en cuna de oro mi hijo estaba creciendo en la carcel." Solto el humo. "Mi esposo murió dentro de esas cuatro paredes. Tu familia desgracio a la mía."

"Siento mucho escuchar eso pero por favor, dejeme ir, yo no sabía nada de esto." Volvio a suplicar. "Usted tambien es madre, no castigue así a mis papás."

Isabel como si no hubiera escuchado nada reviso el reloj que llevaba en la muñeca y dio la ultima calada del cigarro antes de apagarlo y ponerlo sobre el cenicero.

"Mi hijo ya viene." Se levanto del sillon. "Ve a la puerta, alla esta Erick, te va a llevar de vuelta al sótano."

Efecto Mariposa; Armando Aretas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora