5

37 6 0
                                    

—Señorita Nolan, ¿verdad? —dice él, extendiendo la mano con una firmeza calculada—. Soy Matteo Ricci, el CEO de la empresa. Bienvenida a WorldWave.

Su voz es fría, cortante, casi como si estuviera tallada en mármol. No hay ni un rastro de calidez ni amabilidad en su tono, lo que me provoca un leve escalofrío. Trago saliva, sintiéndome aliviada por estar finalmente allí, pero también desconcertada por la helada recepción que emana de él.

Tomo su mano con cuidado, notando la fuerza y firmeza de su apretón. Es fuerte, pero calculado, como si midiera cada uno de sus gestos.

—Gracias, señor Ricci. Es un honor estar aquí —respondo, esforzándome por esbozar una sonrisa que, aunque nerviosa, pretende ser segura.

Sus ojos no se apartan de los míos, y por un instante su mirada azul me resulta imposible de leer. En su sonrisa se oculta algo que no logro descifrar. ¿Es desconfianza? ¿Sospecha? Apenas unos segundos después, Matteo suelta mi mano de forma brusca, como si el contacto físico le resultara molesto. Luego se acomoda en su silla de cuero negro, que cruje bajo su peso, todo con una precisión que parece estudiada.

—Señorita Nolan, como secretaria, su responsabilidad principal será mantener organizada mi agenda, gestionar todas las comunicaciones entrantes y salientes, y coordinar reuniones de alto nivel. —Hace una pausa breve, lo suficiente para que el peso de sus palabras caiga sobre mí como una losa—. Espero eficiencia y discreción absolutas. No tolero errores ni distracciones.

Cada una de sus palabras es como un golpe, rápida y afilada, dejando poco espacio para dudas. Asiento de inmediato, sintiendo cómo el nudo en mi estómago se aprieta bajo la intensidad de su mirada, esa mirada azul que parece penetrar más allá de mi fachada.

—Entendido, señor Ricci. Haré todo lo posible para cumplir con sus expectativas —respondo, aunque mi voz sale más débil de lo que hubiera querido, casi un susurro que me deja insatisfecha.

Él no muestra ninguna reacción a mis palabras. Sus facciones permanecen inmutables, como si estuviera esculpido en piedra, sin revelar lo más mínimo.

—Espero que así sea —dice con un tono aún más cortante, como si mis palabras no hubieran significado nada—. Ahora, diríjase a su escritorio y comience a trabajar. No tolero retrasos, y espero que esté realmente a la altura del puesto.

Cada palabra suya está cargada de una arrogancia palpable, como si ya hubiera tomado la decisión de que no seré suficiente, de que, de alguna manera, estoy condenada a fallar.

Un nudo se forma en mi estómago, pero me obligo a mantener la cabeza en alto. No puedo dejar que me vea dudando o titubeando. Con pasos firmes, salgo de su oficina, aunque siento que el peso de su desconfianza me sigue como una sombra. Cada movimiento mío parece ser observado, cada error futuro, anticipado. A pesar de todo, me prometo que demostraré lo contrario.

El aire frío me recibe cuando me dirijo a mi escritorio, que está justo a la derecha de la oficina de Matteo, con una vista imponente de la ciudad que se extiende bajo un cielo grisáceo. Me siento frente a la computadora, pero al posar los dedos sobre el teclado, noto que mis manos tiemblan ligeramente. Respiro hondo, intentando calmar el nerviosismo, y me obligo a concentrarme.

"Por Sofía," pienso. "Por mi pequeña."

Las horas se desvanecen en una vorágine de correos electrónicos y documentos que parecen no tener fin. Mi mente se esfuerza por mantenerse al ritmo frenético de la oficina, intentando descifrar nombres de clientes importantes y memorizar los protocolos de la empresa. Todo es un caos, pero no puedo permitirme fallar.

En la primera reunión de equipo, Matteo toma el control absoluto de la sala. Su presencia es abrumadora, y cada palabra que pronuncia resuena con una autoridad que no deja espacio para la duda.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 hours ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Nuestro Destino (en borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora