05

209 11 0
                                    


———☆———


Felix estaba sentado en la cama de Samantha a la mañana siguiente, pensando en todo lo que habían hecho, en como su relación de jugador y presidenta había llegado a algo más, a tal punto que Samantha su presidenta estaba a lado de él durmiendo desnuda.

Él sabía que estaba mal, ella sabía que estaba mal, ambos lo sabían, Samantha tenía novio, y Felix tenua novia.

De una forma u otra, si estaban mal o no sentían nada, ambos tenían un compromiso, ya que ninguno había terminado su relación.

Felix sintió como Samantha comenzó a moverse entre las sábanas, indicándole que ya se estaba despertando.

Samantha abrió lentamente los ojos, centrándose a lado de la cama al verlo de reojo sentado.

Temía de que él no fuera a decir nada, como la última vez, y ella también no quería mencionar para nada el tema.

—Buenos días bella durmiente.

—Buenos días—hablo cansada, para posteriormente estirarse y hacer un sonido particular.

Felix solto una pequeña risa ya que le dio demasiada ternura.

—¿Qué tal dormiste?

—Bien la verdad, pensé que eras un poco loca para dormir, pero no.

—Si lo soy, pero me dejaste muerta.

Felix solo sonrío bajamente.

—Tú novio no se entera?

—No, de hecho discutí con él—dijo haciendo una mueca, mientras que Felix la miraba prestandole atención.

—Por qué, recién llegué de España, el quería hacerlo, y me dolían las piernas, y me dio a entender que solo me quería para otra cosa.

—Samy tú lo quieres?

—Si claro que lo quiero, pero no lo amo, no se que hago con él.

—Es feo cuando es así.

—Tú lo viviste?...—pregunto nerviosa.

Felix asintió levemente.

—Es lo peor, que simulan quererte y solo quererte en lo sexual, cuando tú verdaderamente amas a esa persona.

Samy se quedó observándolo fijamente, no sabía que decir o que hacer, si se lo decía como indirecta, o si lo había vivido, y no pudo evitar que Daniel no se pasara por su mente.

Felix se encontraba en un club, esperando al representante de un equipo muy importante de México.

El motivo por el que había viajo a México era ese, un llamado muy importante y particular.

—José Francisco Felix...—escuchó como hablaba detrás de él.

—Fernando Hierro—dijo levantándose de su asiento.

Ambos se estrecharon la mano, y se dieron un corto abrazo para posteriormente sentarse.

—Bueno Felix, iré directo al grano—dijo haciendo una pausa—Eres muy buen portero para estar en una liga de bajo nivel y para colmo creada por pique.

Felix solo prestaba atención.

—Que tengo que hacer para que juegues con nosotros, con las chivas.

Tercera noche [Riverducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora