ᴀᴍʙɪᴠᴀʟᴇɴᴛᴇ

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Cuando el último timbre antes de las vacaciones, y de la despedida definitiva de los estudiantes de último año de secundaria, sonó, no pensó que se sentiría tan enfermo

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Cuando el último timbre antes de las vacaciones, y de la despedida definitiva de los estudiantes de último año de secundaria, sonó, no pensó que se sentiría tan enfermo.

Fue incapaz de levantarse como los demás, fue incapaz de ir corriendo a despedirse de aquellos quienes habían agotado su tiempo en esta escuela.

Se mantuvo aferrado al asiento que se le había asignado en el público, veía a lo lejos el revuelo que se estaba formando, los birretes siendo lanzados hacia el aire, los gritos y los llantos. Había confeti por todas partes, celebrando una despedida digna.

Respiró profunda y lentamente, cruzó los brazos sobre su pecho y se reclinó sobre el espaldar de la silla, decidió que se mantendría en ese mismo lugar hasta que sus amigos terminaran de despedirse de sus propios amigos de último año y vinieran a buscarlo.

Independientemente de su aparente desinterés por la despedida, sus ojos buscaban casi contra su propia voluntad una figura que se le había escapado de vista al voltear un segundo, una cabellera rizada que conocía muy bien. Sintió los nervios comenzar a ebullir desde muy profundamente en su estómago, pero no entendió porque se sentía repentinamente inquieto. Sintió náuseas y un cosquilleo peculiar a la vez, el aire se volvió pesado y su corazón amenazó con escapar de su pecho y rebotar hacia las manos de..

Sacudió su cabeza rápidamente, se cubrió el rostro con una de sus manos, intentando disimular el enrojecimiento que invadió sus mejillas al atraparse a si mismo pensando en eso. Se supone que lo había superado. Su pálida piel no pudo disimular el manojo de nervios que sentía cuando un par de gélidos ojos azules lo miraban fijamente, como si estuvieran perforando su alma. O como si directamente estuvieran comiéndoselo. Cualquiera de ambas lo hacían sentir que actuaba como un tonto bajo tan escrupulosa mirada.

Finalmente una mano en su hombro le hizo levantar la mirada, Didier había regresado.

— ¿Dónde están las chicas? — Cuestionó primero, notando su ausencia de inmediato.

— Fueron a despedirse de William, está en su aula buscando sus cosas. —

Asintió, comprendiendo. Su mirada se desvío hacia los estudiantes que comenzaban a vaciar el patio de la escuela, algunos yéndose a sus propias aulas a buscar sus pertenencias e irse a casa, otros acompañando a los recién graduados. La voz de su amigo nuevamente lo saco de su concentración.

— ¿No irás a despedirte tú también? — Era una pregunta sencilla, pero estaba cargada de una complicidad aniquiladora. Aún más si su amigo lo miraba con esos ojos tan, reprimentes.

Consideró ignorar la pregunta en un principio, pero eso solo conseguiría que Didier siguiera empujando su dedo dentro de esa llaga y se volviera jodidamente irritante. Suspiró como por tercera vez en menos de diez minutos y lo miró a los ojos antes de negar con simpleza, apretando el cruce de sus brazos sobre su pecho.

Ambivalente 「 Georgie x Richard 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora