The Dark Beat

prólogo

Ojalá hubiera días
de visita en el cielo...

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Tulipanes, tulipanes amarillos.
Esas flores tan hermosas son las que mis manos cargan. Sonrió mientras las dejo sobre las lápidas de mis padres. El sol se sentía rico en la piel, el viento era fresco y los pájaros entonaban cánticos que me daban un sentimiento de paz.

Ya ha pasado medio año desde aquel accidente que me arrebato a mis padres dejándome a mi malherida, pero viva.

–Hola mamá, hola papá. hoy hace un día hermoso, ¿No creen? –les pregunto mientras le doy unas caricias a la lápida. Continuó:– en una semana me iré a vivir con la tía Maeven. Los abuelos no quieren que me vaya, pero les expliqué que tenía que hacerlo y les aclare que los visitaría seguidos.

Suspiro para después levantar la cabeza hacia el cielo azul. Las nubes se ven esponjosas, de diferentes tamaños y formas. Vuelvo a bajar la mirada a las lápidas. Aún era dolorosa su partida ya no están ni estarán más conmigo, pero tengo que seguir adelante por ellos y por mi.

Me levanto del césped donde estaba sentada. Me sacudo la parte trasera de los vaqueros y sonrió hacia la tumba de mis padres.

–Adios, los extrañaré mucho, pero prometo tratar de visitarlos cada tanto. Los amo mamá y papá, siempre los amaré –beso la punta de mis dedos y los presionó en la lápida para después despedirme con la mano.

Me alejo con lágrimas en los ojos que corren por mis mejillas cuando parpadeó. Una parte de mi murió con ellos dejando un vacío dentro de mi que no puedo llenar con nada, ni con deporte, ejercicios, ni hobbys, tampoco el amor de mis abuelos me ha logrado despojar ese sentimiento de hueco en el pecho.

Suelto un suspiro pesado seguido de negar con la cabeza repetidas veces por lo lamentable que estoy siendo. Vamos, Savannah no seas pesimista ya conseguirás sentirte llena nuevamente vas a comenzar de nuevo en un lugar nuevo y eso es genial.

Solo espero que Rustville sea lo suficientemente bueno como para sentirlo como un hogar...