Londres, Inglaterra.
Tres años después de la rebelión.(…)
—¡Golpea más fuerte! Vamos catorce… —Las voces y los gritos de su rededor lo aturdieron; sin embargo, por alguna extraña razón le motivaban a mantener los ojos abiertos a pesar de que el cansancio le carcomía la existencia.
—¡Pelea! —Los alfas parecían bestias salvajes mientras arremetían contra la malla que rodeaba aquella vieja lona donde se encontraban aquellos pequeños niños de tan solo ocho años luchando para sobrevivir.
En primera fila varios alfas se veían el rostro con orgullo, había un peleador favorito sobre todos.
El griterío, los silbidos y el bullicio incrementó cuando uno de ellos recibió un fuerte golpe que casi lo tumbó. —No seas tonto catorce, acaba con él.
—Pega fuerte… —ordenaban alborotados.
—Mátalo. —La multitud parecía descontrolarse al agitar la malla protectora.
Un beta caminaba entre la muchedumbre, tomaba nota recibiendo el número de apuestas.
—Catorce o Vincent, vamos suelten los billetes. —El hombre a quien le faltaban un par de dientes preguntaba frenético entre todos los alfas y omegas.
—Veinticinco grandes a favor del alfa de ojos azules. —Un alfa ruso grazno en su dirección, tomando de la cintura al alfa acompañante en sus piernas, también con descendencia rusa, era cautivo por los miembros del Hades, joven con unos dieciséis años, Dimitri, muy hermoso.
El beta recibe una bolsa y sonríe al ver la cantidad de dinero dentro. —Bien, veinticinco a catorce. Bienvenido de nuevo al Hades, señor. —hace una reverencia y muestra su amarillenta sonrisa.
—Fuera de mi vista. —ordena el alfa. El chico en sus piernas busca rápidamente con la mirada a dos chicos en especial. Al localizarlos suspira con alivio esbozando una pequeña sonrisa.
“El Hades” era un sitio comandado por un grupo de alfas autodenominados como la gran monarquía, frívolos. Viejos mercenarios de sangre fría y con mentes realmente atroces.
En primera fila varios alfas integrantes de este grupo observaban con entusiasmo y diversión. Al escuchar la fuerte suma se sonrieron socarrones, cada vez venían más personas demostrando interés gracias a Louis William Tomlinson, alias catorce.
Los gritos en la multitud ensordecieron a los alfas cuando catorce golpeó a su oponente y este fue directo al piso. El narrador de la pelea dio la victoria al pequeño alfa de ocho años.
—Catorce el rey del Hades… —El encargado de supervisar la pelea tomó la mano del pequeño alfa y la alzó demostrando su victoria. Louis voltea a ver con rastros de preocupación a su contrincante.
El bullicio demostraba el ser más primitivo de todos los espectadores.
El pequeño alfa intentó acercarse a su oponente, un líder de escuadrón al igual que él, pero uno de los vigías de la lona se lo impidió tomándolo fuertemente del brazo y sacándolo a rastras para llevarlo a su comarca.
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ANARQUÍA
RandomEn un mundo con aire postapocalíptico, Louis y Harry deberán unir fuerzas para acabar con un enemigo en común, un tirano alfa que se adueñó de todo con el afán de tener el máximo poder e iniciar un nuevo régimen, hizo de sus vidas una miseria transf...