Resumen: Justo cuando estás a punto de darte por vencido en la búsqueda de Coriolanus Snow, tu némesis de la escuela, él cae en tu regazo, en muy malas condiciones.
Advertencias: violencia a nivel de Canon, amenazas, asfixia no sexual, intento de ahogamiento, mención de moretones, cortes y otras lesiones, menciones de masturbación, el lector exhibe comportamientos depredadores, menciones de acoso pasado, homofobia y prostitución (por favor, siéntase libre de decirme si me perdí algo).
Nota del autor: esto está basado en pequeño headcanon que hice hace algún tiempo, pero se puede leer solo. No pretende ser una serie, pero estoy pensando en una segunda parte en el futuro.
Recuento de palabras: 2843 palabras.
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Era tu cumpleaños número 18. Algo extraño si te preguntaran. Obtuviste el premio, un camino a la Universidad, todos los honores del mejor estudiante, a pesar de no haber sido elegido como mentor para los juegos, y aun así no te sentó bien. Todas estas cosas nunca fueron tuyas, al menos nunca pensaste que lo serían.
Eran propiedad de Coriolanus Snow. Había hecho valer sus derechos sobre ellos hacía mucho tiempo, tal vez incluso antes de ser consciente de ello. Pero, curiosamente, el heredero de los Snow se había desvanecido en el aire después de los 10º Juegos del Hambre. Desapareció por completo de las calles de la capital. Nadie sabía adónde había ido, ni por qué, ni siquiera cuándo exactamente se fue.
Todo lo que se dijo fue que un día Coriolanus estaba celebrando la victoria de su tributo, y al día siguiente, simplemente no lo podían encontrar por ningún lado. Y lo más extraño fue la falta de una historia de encubrimiento. Cómo nadie se molestó en disimular su ausencia.
Pero, ay, aquí estabas. Agotado por la fiesta más larga, elegante y ruidosa que tus padres pudieron organizar. Te duelen los pies por los tacones altos que usaste toda la noche y te zumba la cabeza por todo el ruido. Fue agradable lo felices que estaban por ti, pero lamentablemente te sentías demasiado perdido en tu fiesta para disfrutarla.
Había un regalo más según tus padres, esperando en tu habitación. "¡Para terminar la noche con una nota alta!" tu madre dijo: "¡Debe ser caro!" Respondiste. Sin duda, tu madre había adquirido gusto por la opulencia capitalina, y tú también. Los tacones, la ropa y las joyas de tu dormitorio explicaban eso.
Las puertas dobles se abrieron en silencio y entraste en un lío, con pies tambaleantes y risas enérgicas. También podrías estar un poco achispado, demasiado champán para una noche.
Entonces tu cuerpo se volvió frío y rígido, con los ojos enloquecidos como si hubieras visto un fantasma. Bueno, tal vez lo hiciste.
Coriolanus Snow estaba a menos de un metro de ti, con las mejillas hundidas, los rizos platino sucios y los ojos demasiado azules para ser reales. Y, lo más extraño de todo, con una túnica rosa de Avox, luciendo enfermo y golpeado.
