Confesiones.

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–¿Tadashi?, ¿Estás bien?.

Se escuchó afuera de el cubículo, aquella voz era bastante reconocida. Fría, gruesa, fuerte y algo ronca, ¿Como no podría reconocerla?, era la voz de su novio, Tsukishima. Ya se habían cumplido tres meses desde que Yamaguchi se sentía de tal forma, y obviamente Kei había notado un cambio en su novio, no solamente en sus actitudes, también su cuerpo se había hecho más delgado y su peso era menor al de hace poco. El chico peli verde se asustó y rápidamente limpió su boca, acomodó su cabello y bajó la cadena, saliendo después de unos segundos y mirar a el rubio delante de él.

–Si, lo siento, creo que me dio mucho asco el desayuno... Comeré después de entrenar, ¿Vamos?–Dijo Yamaguchi con una sonrisa linda, Kei no podía negarse o preguntar más, no quería perturbar ese rostro tan iluminado a sus ojos, así que solo asintió y salieron de los baños.

–Oye Yams, puedo comprarte un sándwich y un suero, ¿Sabes?...

–¿En serio?... Bueno, supongo que estaría bien para el asco...–Cedió sonriendo y caminó con su pareja a la máquina expendedora, después de haber pagado y salido, abrió el sándwich y el suero, yendo a sentarse fuera de el gimnasio para empezar a comer con Tsukishima ahí mismo.

–Oye Yams–Pronunció en seco, volteando a ver fijamente a el contrario para captar su atención–¿Me estás ocultando algo?.

–¿Que?.

–¿Me estás ocultando algo?.

–¿Por qué preguntas?...

–Solo contesta, por favor. ¿Tienes algo que contarme?...–Tsukishima sentía que iba a explotar en cualquier momento, no sabía que decir para que su novio dijera algo sin sentirse preocupado y presionado, pero no había forma de evitarlo.–Yams... Yo-... Yo he notado que has adelgazado mucho y bajaste de peso, además, vomitas siempre que comes algo y te estás ejercitando demasiado, yo sé que algo está pasando.

No hacían falta más palabras, con eso Tadashi sabía que ya tenía apoyo, el que su novio supiera de el tema y no lo juzgara o bromeara con aquello era una buena señal, si no le importara, no se hubiera molestado en hablar; Tsukishima es una persona que nunca habla de más. Lloró, lloró como si nunca lo hubiera hecho, y le asintió rápidamente con la cabeza.

–¡No sé cuando!... En serio lo lamento Tsuki. Después de perder con el Seijoh no sentí control de nada- y-y... Y quería tener control de algo en mi vida, no podía con mis saques, ¡Por eso con la comida!- Además hay muchísimos chicos más delgados que yo, quiero ser como ellos, quiero ser lindo para ti y- y para que no te dé vergüenza- vergüenza de que vean a alguien como yo con alguien como tú... Tsukki, yo-

–Yams.–El rubio tomó una de sus manos suavemente y la acarició, besando después su cabeza y suspirando, intentando buscar las palabras–Si me da vergüenza salir contigo...–En ese momento el peli verde se asustó y cubrió su rostro, igual se lo esperaba...–Pero, me da vergüenza porque- porque tu eres súper lindo y yo no me siento tanto a el nivel de estar con alguien tan tierno como tú... Jajaja-... –Rieron ambos entre lágrimas y otro entre nervios, nunca imaginaba que iba a confesar algo así a alguien.

–Tadashi, a mi nunca, nunca me darás vergüenza, asco o lo que tú creas, además, no solo me concentro en tu cuerpo... Me gustas por quien eres.

–¡Tsukki!.

–... Intentaré ayudarte, quiero hacerlo. –Habló tembloroso y con la voz ronca, esto SI le daba vergüenza, confesar que quería hacer y que sentía, incluso cuando se convirtieron en pareja, esperó a que el de pecas se confesara antes por la vergüenza que sentía.

El día continuó tenso pero a la vez tranquilo, al ir caminando de regreso a sus casas. Tsukishima como siempre llevaba los audífonos en su cuello, para siempre poder escuchar lo que su novio le platicaba.

–Una vez Kageyama cuando se peleó con Hinata, le aventó su suéter y luego un balón, ¡Fue tan chistoso!–Decía el pecoso alegre, aunque el rubio solo prestaba atención a su belleza, el camino, y en algo más importante... En lo que se había confesado en la mañana. ¿Acaso su pareja no le tuvo la confianza suficiente?. ¿Acaso le asustó?, ¿No le hizo sentir seguro?... No, no, su pecoso no era así, Yamaguchi no era así... Quizá no se sentía listo.

Pero cuando menos lo esperaba, el camino ya había llegado a ese punto en donde se separaban las calles y sus caminos igual. Tadashi volteó hacia Kei y tocó su hombro cuidadosamente.

–Tsukki... Prometo que me intentaré cuidar más, ¡Lo juro!... Sólo... Necesito algo de tiempo para poder hacerlo, ¿Sabes?... Yo- Ehm...

–Yo también te amo, hasta mañana.–Se despidió frío y volvió a ponerse los audiófonos, despidiéndose con un pequeño y corto beso en la cabeza y caminando después.

Aunque esta actitud pareciera egoísta y fría, en realidad, fue la mejor muestra de apoyo que podía mostrar, así que Tadashi se emocionó y regresó a casa más aliviado al saber que contaba con ese dicho apoyo.

Se sintió aliviado.
Se sintió en paz.
Se sintió amado.
Se sintió feliz.
Se sintió apoyado.

Mía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora