Un cumpleaños Solo - Part 2

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Suena el teléfono, es Javier. "¿Qué vas a hacer para tu cumple? ¿Querés que te invite a almorzar?" me dice. "Javi, la verdad es que no planifiqué nada. Solo sé que tengo cita con Osky (mi terapeuta) a las 11 y después veo", le contesto. 42 años, con todo lo que me está pasando, decido pasarlo solo. El año pasado lo festejé tres veces. Esta vez todo cambió y todo es diferente. ¿Por qué hay que hacer algo? ¿Por qué hay que festejarlo, cantar el "Feliz cumpleaños", pedir tres deseos y soplar velitas? ¿Por qué hay que mostrarle a todo el mundo que uno cumple años y que es feliz?

Faltan unas horas, tal vez unos minutos, y estoy tirado en la cama. Recibo un mensaje de una amiga (prefiero no decir el nombre) preguntándome si mi cumpleaños es hoy o mañana. Le contesto que faltan 24 minutos. La misma amiga me preguntó hace un rato cómo estaba. Cuando me preguntan cómo estoy, contesto "como el orto, pero bien". Creo que define bastante bien mi situación y la de miles de personas que solo dicen con una sonrisa y de forma automática "bien". Creo que esa respuesta me representa dada la situación actual. Lo más gracioso es que me pregunta "¿por qué?"ufff . No contesto y al otro día me deja un regalo en vigilancia.

Claramente voy a intentar dormir, pero los pensamientos van a dar vueltas y vueltas. No sé si estoy en posición de hacer balances; los pensamientos están bastante desordenados. Al fin y al cabo, termino durmiendo tres horas. Cuando me despierto, dos jarras de café y me hago un regalo. "Así hablaba Zaratustra" supuestamente llega hoy. Sé que posiblemente no lo entienda, pero vi un resumen e identifiqué muchas de las cosas que me llevaron a mi espacio terapéutico.

Es jueves y ya tengo 42 años. Hay algunos mensajes en el teléfono, ninguno de relevancia. Pero suena el teléfono, es Martín. Está en Albania de vacaciones. Nos criamos juntos, me conoce muy bien y yo creo conocerlo a él, al punto tal de poderlo llamar amigo, amigo de verdad. Últimamente no estamos frecuentándonos tanto. Martín tomó vuelo, pudo seguir con su empresa familiar, dándole su enfoque personal. Creo que pudo comulgar con el mandato familiar y la satisfacción personal, algo muy complejo. Por otro lado, yo estoy quedando a la deriva sin empresa familiar ni satisfacción personal. Veo para atrás y fue/es como jugar un partido de ajedrez en el cada vez que veo el tablero hay una pieza menos o me movieron alguna otra de lugar obviamente fue Liliana . Le anticipo que no estoy bien y que no quiero hablar, que está de vacaciones. Me insiste, conociendo la situación en profundidad. Creo que me escucha de forma empática y entiende por lo que estoy pasando. Intenta que vea el vaso medio lleno aunque a mí me cuesta verlo así. Por otro lado, también entiende el desequilibrio que Liliana genera y la aceptación de que se va a gastar todo, sin importarle las consecuencias ni cómo me deja parado frente a los próximos años de mi vida. No tiene únicamente que ver con el dinero, si no también con el reconocimiento que definitivamente nunca va a llegar.

Estoy yendo al psicoanalista. Hacemos un repaso de varias cuestiones. Estamos trabajando mucho en dar de baja el pasado, en aceptar la madre (progenitora) que tengo y todo el dolor que conlleva, sin quedar atrapado allí. Según Osky, Liliana ya tenía una agenda desde el momento que conoció a Aldo Mario (mi padre) Hace poco llegó a mí una frase que representa un poco cómo me siento: un niño que busca cariño, un adolescente buscando justicia y un adulto que quiere paz. Se lo menciono, me propone que mantenga el ánimo, que si puedo atravesar el día significa que lo puedo hacer un día más. No puedo evitarlo, Oscar es una figura paterna y yo cumplo años el mismo día que mi papá. Hoy es mi cumpleaños y el de mi papá. Le digo que lo quiero, él me dice "yo también, pichón" y me saluda con un abrazo y una palmada en la espalda. "Ánimos" te veo el Martes.

Lo llamo a Javi vayamos a tomar un café y finalmente terminamos yendo a almorzar hablamos de todo menos de mi vieja. Me regala un muñeco de la Hormiga Atómica, mi superhéroe favorito. Llego a casa y le encuentro un lugar. Me escribe una amiga que quiere pasar a saludarme, le digo que está todo bien. Un mensaje de mis primas de parte de mi viejo. Hace poco falleció mi tía. Para ella fui el hijo varón que nunca tuvo y para mí fue mi mamá de la fábrica, la que creyó en mí, la que me vio trabajar y transformar ese lugar, pelearla para hacer algo diferente, crecer y hacer algo mejor. Fue más mi mamá que mi propia "mamá". Tal vez más adelante hablemos más al respecto.

Un rato de unos vídeos que tenía pendientes (Taller de bonos claro ahora como voy a vivir) ya con la cabeza quemada, me subo al rodillo (bici estática en jerga ciclista) y entreno un rato. Antes de que termine, cae mi amiga Andre. Trae un presente y dice "antes que nada, toma esto". Es un block de notas y una lapicera. Sabía que quería empezar a captar pensamientos y ponerlos en papel, un poco como hago esto, terapia. Vemos una peli de dibujitos,nos matamos de risa,  se tiene que ir y yo me pido una pizza, un poco en honor a mi viejo y un poco más de capricho porque quiero y me gusta. Era un día para hacer cosas que quería hacer.

Me llama Mauro que vuelve de viaje de trabajo a las 23 y me dice que nos vemos el viernes. Ya hace unos días un amigo me había llamado para festejar el cumpleaños juntos. Estoy un poco cansado de eso. Estoy un poco cansado de festejar cuando no tengo ganas de hacer lo que otros quieren hacer sin yo tener ganas. Así que dejé que las cosas fluyan y cuando llegó la noche simplemente intercambié unos mensajes con alguien que conocí por una red social y leí el libro que me había comprado de regalo. La verdad que bastante complejo leerlo, y así pasé mi cumple 42.

Al día siguiente, después de encontrarme con esta chica que conocí a tomar un café, venía Mauro a cenar a casa. Lo que había entendido un poco en terapia es que no podía negarle a mis verdaderos amigos, a quienes querían estar, que estén. Llegó Mauro con Jorge, Dany y Gera y terminamos cenando los cinco. Creo que, de una forma u otra, mi conclusión fue que fluya y que se acerque quien quiera acercarse y quien se acuerde, sin muchas complicaciones ni preludios, sin torta, sin velitas. Otro día más o otro día menos. Rescaté un montón de cosas que todavía hoy siguen decantando, sin enojos ni ningún tipo de resentimiento con aquellas personas que no se acercaron. Pero lo más importante es que no forcé nada y que hice lo que sentí que necesitaba y lo demás fluyó.

"Entre sombras y verdades: un viaje por las relaciones familiares"Where stories live. Discover now