XIV - FINAL

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Sentia la sangre hervir recorrer todo mi cuerpo, mi respiración era agitada, mi vista nublada por las lágrimas del coraje. El velocímetro del auto marcaba 140 km/h, pero realmente no me importaba. Mi mente era un caos total.

Mis padres habían muerto aquella noche por un estúpido drogadicto
alcohólico, un estúpido con el cual conviví cuando estuve en Paris, un
estúpido que era el novio de Abril, MI Abril y ese maldito estúpido
había vuelto a poner la vida de una de las personas más importantes para mi en peligro.

¿Por qué todo me tenía que pasar a mí? ¿No tenia el derecho de ser feliz
también? Grite desde lo más profundo de mi pecho mientras metía a fondo el acelerador. Mis nudillos se habían vuelto blancos por lo fuerte que sujetaba el volante.

De un momento a otro, frene de golpe.

Mi pecho subía y bajaba rápidamente, podía sentir detrás de mis oídos el latir desbocado de mi corazón, mi boca seca y lágrimas cayendo sin control alguno por mis mejillas. Comencé a golpear el volante, intentando desquitar un poco de toda mi frustración.

Mis manos temblaban y dolían cuando intente desabrochar el cinturón de seguridad. Busque en la guantera los cigarros que Vicky siempre dejaba, tome uno y baje del auto. El dolor volvió a golpearme de lleno cuando me di cuenta en donde estaba. El mismo lugar donde mis padres habían sufrido el accidente.

Las cuatro cruces en su memoria estaban al borde de la carretera. Bote el cigarro al suelo en un intento de desquitarme un poco. De nada sirvió. Camine lentamente hasta dejarme caer frente a ellas. Pase mi mano temblorosa por cada una, suplicando perdón.

-Sabía que te encontraría aquí - esa voz.

Mi cuerpo se helo, años habían pasado desde la última vez que la había visto. Me gire para encararla.

-¿Qué te da el derecho de estar aquí? - Mi voz sonó gruesa, con odio.

-Sé que no tengo ninguno, pero... - agacho la cabeza mientras jugaba con sus manos - Quiero hablar contigo antes de que sea demasiado tarde - murmuro - quiero irme con la conciencia tranquila.

-¿De que estas hablando? - comencé a acercarme a ella.

-Estoy enferma... - simplemente contesto - No estoy buscando tu perdón, porque sé que no lo tengo - levanto la vista - Simplemente quiero que escuches con atención y no me interrumpas, ¿Ok? - no dije nada, espere a que ella hablara.

-Yo... conocia a Michael. Él era quien me daba las drogas, el alcohol, el
acceso libre para toda fiesta a la cual quisiera ir. Lo conocí antes de
conocerte a ti, simplemente me deje llevar por la vida que él tenía.
Aquella noche, cuando tus padres murieron, yo... yo estuve
involucrada también, después de que caiste como noqueada por el
alcohol y el sexo desenfrenado recibí un mensaje de él, donde me decía que me daría más drogas, así que te deje sola en aquella habitación y fui a encontrarme con él. Todos los que ibamos en aquel auto estábamos ebrios o bajo el efecto de alguna droga o ambos. De un momento a otro, Michael perdió el control del auto provocando que el que venia enfrente se saliera de la carretera. Logro estabilizar el auto y se detuvo y bajamos todos a ver qué había pasado, mi corazón dejo de latir, lo ebria y drogada se me bajo en cuanto vi que eran tus padres.
Intente acercarme para socorrerlos pero uno de sus amigos me detuvo
metiéndome a la fuerza al auto otra vez, Michael hablo con alguien y
en menos de diez minutos un auto vino por nosotros. Llevaba droga en
la cajuela la cual paso al auto que llego, iba a hacer una entrega
grande, además de que todos estábamos alcoholizados o al menos
hasta antes del accidente así era. Yo... yo no podía mirarte de nuevo
después de lo que había pasado, además de que él nos obligó a todos a escapar del pais. Hace poco me entere que estoy enferma de hepatitis y pronto voy a morir, así que lo localice para decirle que me entregaría a la policía, me amenazo, me dijo que antes estaría muerta y no sé qué más. Si Michael regreso fue porque venía para librarse de mí, pero la policía lo localizo antes de que me encontrara. Me hubiera hecho un favor, ¿Sabes? Ahora él está muerto, y yo estoy condenada. No estoy buscando tu perdón, realmente sé que no lo tengo. Solo queria que lo supieras, ya tengo mi condena por haber hecho todo lo que hice"

Estaba en shock.

Nunca, ni en mis más locos sueños imagine que Capri había sido parte del accidente donde murieron mis padres. Mucho menos de que conocia a Michael desde antes. ¿Qué tipo de persona era?

El shock me hizo caer de rodillas con lágrimas en los ojos y el corazón aún
más roto si es posible. Ella fue mi primer amor y fue participe de la perdida de los seres que más ame en toda mi vida. Me sentí sucia en cuanto su historia comenzó a tener sentido en mi mente.

Del shock pase al enojo, levante la vista en busca de su figura frente a mí, pero ella ya no estaba. Se había ido, como el fantasma que era. Un
fantasma de mi pasado que siempre me atormentaría.

Del enojo pase al vacío. Me sentí vacía por dentro, mis padres habían
muerto inocentemente por culpa de un maldito narcotraficante, mi ex
novia los había visto morir y no había tenido la cara para decírmelo antes. El maldito que los mato ahora estaba muerto y la chica a la que amo, estaba en peligro.

Abril.

El solo pensar su nombre, hizo que mi corazón doliera haciéndome saber que aún tengo uno, que aun late y lo hace por ella, por el recuerdo de mi familia. Me acerque arrastrándome hasta sus cruces, levante mi mano temblorosa una vez más para acariciarlas. Cerré los ojos.

-Siempre van a estar conmigo ¿Verdad? - Susurre con la voz quebrada a causa de las lágrimas que caian sin control por mis mejillas - Es hora de perdonar, olvidar y seguir adelante. Es hora de ser feliz - abrí los ojos, acerque mi mano a mi boca para dejar un beso en ella y acariciar las cruces una última vez antes de levantarme.

Las observe un momento más, respire profundo y solté todo el aire de golpe. Sorbí mi nariz para después limpiar las lágrimas de mi rostro con la manga de mi sudadera. Un sentimiento de paz me golpeo. Ellos estaban conmigo, sí.

Subí al auto maneje hacia el hospital en el que se encontraba Abril.
Tenía que saber su diagnóstico exacto, contrataría a los mejores doctores del mundo con tal de salvarla. No, ahora iba a luchar por ella, por nosotras.

En un abrir y cerrar de ojos llegue, aparque el auto y prácticamente corrí hacia el interior del hospital. Me costaba respirar, el ambiente frio más el olor a alcohol o esterilizante me dio nauseas. Trague el nudo que se había formado en mi garganta para poder hablar de una vez por todas.

-Disculpe - la señorita que se encontraba en lo que sería la recepción me vio de manera neutral provocándome más nervios de los que ya tenía - busco a una paciente... Abril... Abril Garza - mi voz se cortó al decir su nombre.

Otra vez regresaban los nervios. Asintió, tecleo el nombre en el ordenador que tenía frente a ella, regreso la vista hacia mi y me indico que fuera al área de cuidados intensivos. Esto no era bueno, un escalofrió recorrió mi espina dorsal.

Me dirigí al ascensor, pulse el botón para que bajara pero no llegaba y mi
paciencia no existía en estos momentos, así que subí corriendo las escaleras. Solo era un piso, pero se me hizo eterno. La necesidad por saber cómo se encontraba Abril, me estaba matando.

Al llegar al piso vi como un doctor salía de detrás de las puertas de esa
área prohibida para mi paso libre, así que corrí para detenerlo.

-¿Usted puede decirme como esta Abril Garza? - pregunte de golpe,
tomándolo por sorpresa.

-¿Es usted familiar de la señorita? - típica pregunta, conteste de la única
manera en la cual sabría me darían toda la información que quería.

-Sí, soy su novia - mi corazón golpeo fuertemente contra mi pecho al decir esas palabras.

-Está bien - dijo mientras me dirigía hacia una pequeña sala de espera,
haciendo que me sentara - no voy a mentirle, la señorita Garza está entre la vida y la muerte. Tiene dos costillas rotas y una pierna rota - Suspire un poco en alivio, no era tan malo ¿cierto? - Desgraciadamente, eso es lo de menos. La presión del golpe que el auto recibió más la que el cinturón de seguridad provoco en ella, hizo que tuviera una hemorragia interna. Perdió demasiada sangre y no encontramos donante.

-¿Qué tipo de sangre es? - Mi voz apenas logro salir.

-AB - simplemente dijo.

Mi mundo se derrumbó al escuchar esas dos letras, yo no era compatible y solo conocía a una persona que tenía ese tipo de sangre. Capri, pero ella estaba enferma. Sin darme cuenta las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro. El doctor intento consolarme pero era en vano. Solo nos quedaba esperar a que apareciera un donante.

-¡Dios mío! Por favor, no te la lleves, a ella no - susurre con el corazón en
la mano.

࿔᭬ৡ⃪꫶⃗၇͜ᩘ  Fallen Angel  ͜ᩘ၇⃪⃖ৡ࿔ (Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora