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ㅡNo, Jimin. Estos lugares no son lo mío. Vamos, tomemos algo en el club o te llevo a cenar. Elige otra cosa —dice muy serio.

ㅡPensé que no objetarías en mi elección. ¿Por qué haces esto? —le dice, y él se siente un poco apenado. No quiere admitir que quiere tener una cita con él, algo más de pareja, pero su rudo hombre, un macho alfa acostumbrado a otra clase de vida, se niega a aceptar que este chico lo esté obligando a hacer estas cosas.

—Entraré ahí contigo o sin ti, y de seguro un chico guapo se sentará a mi lado. Y en la parte más excitante de la película, me besará con intensidad —se da la vuelta y se ríe al caminar. Jungkook lo siente, lo manipula, pero lo hace dudar.

—Maldición —replica en su mente mientras lo ve entrar al lugar. Se baja del coche y se voltea a ver a Daniel.

ㅡSi le dices a alguien de esto, te meteré un balazo en la frente.

—¡Soy una tumba, señor! Esto no es malo. Yo venía al cine con mi novia, la hacía sentir especial. Si lo trajo aquí, es porque quiere estar a solas con usted.

Jungkook suspira, porque para él es más cómodo estar en el club o en la casa. Si quiere estar a solas, pueden estar en su habitación, y de seguro ambos disfrutarían mucho. Jimin siempre ha soñado con un amor de películas, una relación irrompible y un hombre especial que lo haga viajar al cielo. El hombre perfecto al cual entregarle su preciada inocencia.

Está en la taquilla y compra dos boletos. Sin duda vendrá. Camina a la barra y pide palomitas y bebidas. El chico que lo atiende coquetea con él. Jimin ama el cine, le gusta divertirse y, puesto que disfruta de muchos lugares como restaurantes y clubes, el cine lo ve más íntimo. Él sonríe, y Jungkook lo toma de las caderas y lo besa en el cuello, solo por esta vez.

ㅡYo puedo enseñarte mejores métodos de diversión.

ㅡLo sé. Sin embargo, esta es mi noche, y harás lo que me gusta.

El chico de la barra se intimida al ver a Jungkook. Su mirada transmite poder. Las personas lo respetan. La única persona que no le teme a este hombre es su esposo, quien lo enfrenta como le da la gana, y él no se atreve a tocarlo.

Toman la bandeja y caminan a la sala. Sus lugares están en medio de la plataforma. Se sientan, y Jungkook está un poco incómodo.

ㅡ¿Qué veremos? —dice mientras se quita la chaqueta y se sienta a su lado.

ㅡSe llama Focus: Maestro de la estafa. Así como tú —dice, tomando de su bebida.

ㅡLo dudo. Que sea tan real como lo que yo hago...

—Bueno, sé que serás buen esposo y disfrutarás de la película sin criticar, ¿vale?

ㅡPuesto que no tengo otra opción. Un mafioso en un cine... esto es el colmo.

Jimin se ríe de lo incómodo que está. La película da comienzo y ambos están entretenidos viéndola. Aunque observan la pantalla, también se concentran en sus expresiones. En la película aparece una parte donde los protagonistas se acercan íntimamente. Jimin se acomoda en la silla, levantando el brazo que lo separa de Jungkook, y él no pierde tiempo en abrazarlo.

Se acomoda en sus brazos, y Jungkook lo toma del muslo de su pierna derecha. Lo mira con una mirada intensa, donde solo existen ellos dos. Jungkook le acaricia la mejilla y Jimin se sostiene de su abdomen al sentirlo tan suyo. Se acerca para besarlo, y sus labios se rozan por un instante antes de unirse por completo, haciendo que sus corazones se aceleren con intensidad y sus respiraciones pierdan el control. Pierden la noción del tiempo y del espacio, dándole a Jungkook el momento más excitante de la película.

Vale la pena al ciento por ciento, ya que siente a su esposo como nunca antes. Ese beso activa cada defensa, cada sentimiento muerto en ambos. Los hace volver a la vida.

Jimin se acomoda en su pecho y Jungkook besa su frente, mientras Jimin toma su mano. Ambos observan la película, aún con la sensación de electricidad recorriendo sus cuerpos.

Al salir, Jungkook lo lleva de las caderas y lo ayuda a subir al coche. Daniel los lleva de vuelta a la casa, donde los espera la cena. Comen juntos mientras actúan como una pareja. La noche es intensa, ya que Jungkook debe salir a revisar lo de los envíos a su despacho, coordinar con Nam y Daniel quienes son los que van a trasladar los vestidos al almacén.

Esa noche todos empiezan a alarmarse. Jimin está sobre su cama, dando vueltas. No puede dormir. Aunque ya hizo su parte de la misión, está inquieto. Una sensación insoportable lo consume. Ese beso en el cine lo dejó desconcertado, y aún siente ganas de repetirlo. Se toca los muslos, y cada sensación, cada mordisco, cada beso, cada caricia, lo hace estremecer tanto que se pone boca abajo mientras muerde sus labios, esperando por Jungkook.

Se queda dormido en camisón.

Jungkook está en medio de la operación de movilización de los vestidos. Daniel y Nam, junto a un equipo seleccionado, suben las cajas a los camiones. Una operación que estaba programada para las 5 a. m. la hacen a la 1 a. m., poniendo el plan de respaldo en marcha, ya que no saben ni confían en nadie.

La operación da comienzo y Jungkook monitorea todo por el GPS de los coches. No quiere molestar a Jimin, así que se queda en el despacho. Necesita asegurarse de que todo salga bien. Nam y Daniel se ponen en marcha a trasladar los primeros vestidos a un almacén cerca del aeropuerto, donde el avión hará su aterrizaje a primera hora. Es un almacén oculto, no siendo el que estaba seleccionado, sin dejar rastro ni evidencia de nada.

Van de camino al objetivo. Tras minutos de agonía, llegan por fin al almacén y empiezan a descargar uno a uno los camiones.

—Comando uno reportando: descarga exitosa —Nam da aviso, y Jungkook se tranquiliza.

ㅡComando dos reportando: descarga exitosa.

Con el aviso de Daniel, todo empieza a dar sentido.

—Bien, procedan con la vigilancia nocturna —dice Jungkook. Y en su última orden, planea ir a descansar con su esposo. Pero su celular suena. Es una llamada de Lisa.

La observa por unos minutos y la deja caer. Lo está dudando. Es la primera vez que duda en verla. Siempre ha hecho lo que quiere, cuando quiere. Lisa ha sido su mujer de cama por más de dos años. Se lo supo ganar cuando confeccionaba para él unos trajes. Desde entonces, la mujer se volvió, como la llaman sus hermanos, su puta favorita. Con una simple llamada, el encuentro entre ambos se volvía exacto: solo sexo y nada más. Una que otra copa o cena, pero siempre terminaba en sexo.

Lisa lo complace como él quiere y cuando él quiere, y nunca dice que no. En cambio, Jimin es todo lo contrario: se da su lugar, se sabe respetar y pone las condiciones. Como él las quiera, de la manera en que él las quiera. Durmiendo con un camisón, sin ropa interior... ¿cómo carajos ha soportado tanto?, Jungkook no entiende.

Y la verdad es que tomarlo a la fuerza no es su plan ni le pasa por la cabeza. Ahora ni siquiera se le pasa por la mente meterle un balazo. Ese chico se lo ha sabido ganar con inteligencia y astucia. Sin sexo.

Toma la cobija y se acomoda a su lado, arropándose junto a él. Lo cubre y se acomoda para quedar lo más pegado a ese trasero que lo enloquece. Le acomoda un poco el cabello y se sorprende cuando Jimin se da la vuelta, subiéndose sobre su cuerpo. Soñoliento, queda sobre su hombro, acomoda su cabeza en su pecho y Jungkook se cubre con la sábana y lo abraza, tomando su trasero para sentirlo, mientras se duerme como un bebé complacido.

Al despertar, aún Jimin está sobre Jungkook. Se mueve un poco y lo besa en los labios. No sabe qué hace, pero es momento de levantarse porque el avión está aterrizando para su inspección y Jungkook debe encontrarse con Lisa para entregarle los documentos y finalizar la revisión.

Jimin lo besa con intensidad. Es que lo necesita. Lo necesita, y se lo hace saber. Jungkook le sube el camisón, dejándolo desnudo. Dios, cuánto ha esperado este momento, y ahora que lo tiene, no quiere dejarlo ir.

Empiezan a besarse. Jimin se sienta y Jungkook le besa el cuello y los pezones, haciéndolo jadear. El celular de Jungkook empieza a sonar sin control, mientras que él trata de consumirse a su esposo, mordiendo y besando su cuerpo. El momento se vuelve incómodo, y Jimin lo besa en los labios

UN ESPOSO  PARA UN MAFIOSO--- CORRIGIENDO....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora