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Yoo Jimin era una estudiante de 18 años, no era una estudiante ejemplar pero no tenía malas notas.
Tenía pocos amigos ya que no tenía buenas habilidades socializando, pero había una amiga en especial que tenía toda su confianza, su amiga más preciada.
Era Kim Minjeong, y Jimin mentiría si dijera que no sentía nada por ella. Su estómago se revolvía con tan solo verla sonreír.
Los sentimientos que sentía Jimin hacía Minjeong eran puros, la dulce personalidad de Minjeong la hizo caer rotundamente en el amor.
Jimin sabía que estaba completamente enamorada de Minjeong hace unos 3 años pero todavía no se lo confesaba, ¿Y por qué no se lo decía? Era simple, tenía miedo de que su mejor amiga no sintiera lo mismo.
Sentía tanto miedo de que al confesar sus sentimientos Minjeong no sintiera lo mismo y se alejara.
Pero tal vez no era así.
Tal vez.
Pero hoy Jimin estaba decidida, sabía que no iba a poder aguantar mucho más reprimiendo esos sentimientos, ya que en cierto modo también le causaba daño a ella misma, así que decidió que está noche se lo contaría.
Era un día soleado, pero en la noche habría una luna llena, y Jimin sabía que a Minjeong le encantaba la noche, la luna en realidad.
¿Y qué mejor que declararse en la noche, a la luz de la brillante luna?
Si, lo haría está noche, estaba totalmente decidida.
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Y por el lado de Minjeong, ella era una estudiante ejemplar, tenía buenas notas y prestaba atenciones a las clases.
Tenía muchos amigos ya que era muy amable y sociable con los demás.
Y por supuesto, ya tenía a alguien en su corazón, y para su suerte, era Jimin.
Era esa azabache mayor que ella, que la hacía sonríe incluso en sus peores momentos, que siempre con sus dulces palabras hacia llorar a Minjeong.
