VIII. MALESTAR

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*Nota: Antes de leer este capítulo, me gustaría que me dijeran si el capítulo está desorganizado o se ve diferente a los demás. Mi computadora dejó de funcionar y ahora tendré que hacer todo desde mi teléfono, por lo que podría haber diferencias debido al dispositivo. También, si ven faltas de ortografía, me gustaría que me lo comentaran, era más fácil detectar estos errores desde mi laptop y es probable que me haya saltado algunas. Les agradecería mucho que hagan saber esos detalles, plis.

Ahora sí, comienza el capítulo...

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BUILD'S POV:

Hoy es un día bastante normal comparado con mi inusual fin de semana.
Bible es una persona que insiste en acercarse a mí a pesar de todo, admitiré que pasar tiempo con él no fue tan malo como pensaba. Pude descubrir una nueva fuente de diversión, hice cosas que pensé que solo llegaría a conocer dentro de los cómics que leo, actividades tan sencillas como ir a un supermercado me resultan extremadamente agobiantes, sin embargo, tener la compañía de un chico al que no le intimida nada a su alrededor fue... ¿Cómo podría decirlo?
Aunque es una metáfora extraña, diría que es como si yo hubiera sido un anciano y el un bastón que me ayudó a caminar con más seguridad.

Esta tarde de Lunes, con las manos sudorosas, me adentro en la biblioteca escolar...

―¡Build! ¡Qué bueno verte! ¿En dónde estabas? De verdad me tenías preocupada, oí que estuviste enfermo, ¿Es eso cierto?

En cuanto di un paso dentro del lugar, la señora Naree saltó de su asiento para demostrar la preocupación dentro de ella en su tono acelerado de voz.

―Fue así, pero ahora estoy mucho mejor, no se preocupe. ―habló con amabilidad.

―Se ha recuperado gracias a mis cuidados. ―añadió Wichapas.

Bible salió de las espaldas de la bibliotecaria formando una mueca que denotaba orgullo.

―Este muchacho dijo que estuvo en tu casa cuidando de ti, pero sospecho que me está mintiendo.

―Así fue. ―Jakapan admitió los hechos. Decirlo fue vergonzoso, un golpe en su ego.

―¡Se lo dije! ―exclamó el castaño, disfrutando del ceño fruncido y la cara confundida de la mujer mayor.

― ¡Shh! Estás es una biblioteca, guarda silencio. Es mejor que vayas por mi café a la sala de académicos ¡Anda, ve! ―ordenó la anciana con molestia, a lo cuál el joven respondió con una sonrisa burlona y se retiró de inmediato―. Qué atrevimiento de ese niño al ir hasta tu hogar y causarte molestias. Me disculpo en lugar de ese cabeza hueca, nunca piensa antes de actuar.

Ratón de Biblioteca | BibleBuildDonde viven las historias. Descúbrelo ahora