Noelia era una adolescente de unos 15 años cuando empezó a darse cuenta de la realidad o falso mundo en el que vivía.
Todo comenzó una tarde de octubre de esas lluviosas y melancólicas que te hacen recordar momentos o historias pasadas y que no puedes evitar esbozar una leve sonrisa en tu rostro y en ocasiones echar una lagrimita...
Noelia miraba por la ventana de su habitación, desde ella se veía como las gotas de la lluvia corrían por el cristal como si de una carrera se tratase.
Mientras escuchaba música con sus auriculares al tope, y con ello parecía que sus problemas y preocupaciones se desvanecían por un tiempo.
Entonces en su lista de reproducción salió la canción de Lana del rey, 'Summertime sadness'. Era una canción sin duda muy bonita pero a la vez triste. Era su canción favorita.
No podía evitarlo, pero le recordaba a su ex novio el que tanto daño le había hecho.
Comenzó a recordar a aquel capullo que le había roto su corazón y empezó a llorar.
En ese momento recordó que un día prometió que nunca volvería a llorar por gente tan idiota como él. Para ella, Adrián estaba muerto, o al menos eso quería. Pero en su corazón y en su mente seguían presentes esos instantes junto a él.
Su madre llamo a la puerta. Ella enseguida, se levanto seco sus lagrimas y sonrío como si todo fuera bien.
Su madre volvió a llamar
-Noelia, corre, abre la puerta -dijo su madre insistente-
-ya voy, mama -contestó ella -
Le abrió la puerta y cojio el chocolate caliente.
